Una larga y trabajosa investigación permitió encontrar a la nieta 103

Ayer se confirmó que la joven recuperada es hija de Cecilia Barral y Ricardo Klotzman. Sus padres fueron secuestrados en Rosario en agosto de 1976. Eran militantes del PRT-ERP

Cecilia Barral cursaba el noveno mes de embarazo al ser atrapada junto a su pareja, y dio a luz en cautiverio a su hija.

Diario La Capital - 07/04/2011

La última nieta recuperada (la número 103) se llama María y vive en Santa Fe. Se confirmó que es hija de una pareja de militantes secuestrada en Rosario y luego desaparecida. La bebé, nacida en cautiverio, fue entregada por un grupo de tareas a una familia de la capital provincial, 19 días después de que Cecilia Beatriz Barral, la madre biológica y con un embarazo a término, fuera arrancada por la fuerza de una casa de Necochea 2050. Esta novedad, que difundió ayer La Capital, es la culminación de una pesquisa judicial que se inició en 2004.
  El abogado santafesino iniciador de la investigación y funcionario de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia, Jorge Pedraza, ratificó que se trata de la hija de Barral y Ricardo Klotzman, los militantes del PRT-ERP secuestrados el 2 de agosto de 1976 durante un procedimiento de fuerzas a cargo del Ejército.
  El Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) informó el martes el resultado de los test de ADN que permitieron establecer la identidad biológica de María al juez federal Nº4 de Rosario Marcelo Martín Bailaque, quien notificó a la joven y a su media hermana, hija de una pareja anterior de Klotzman, que tenía dos años al momento del secuestro de su padre. El magistrado notificó ayer a la Fiscalía y a la querella.
  Según el Archivo Nacional de la Memoria, en un operativo clandestino realizado por el Destacamento de Inteligencia 121, fueron secuestrados de la casa de Necochea 2050 Edgardo Silva, Klotzman y Barral (embarazada a término) y fue asesinado Juan Alberto Tumbetta. Kloztman y Barral fueron trasladados a la Quinta Operacional de Fisherton, en Mendoza al 9100, donde fueron vistos por última vez el 11 de agosto de 1976 por Fernando Brarda.
  Silva, Klotzman y Barral permanecen desaparecidos, y hasta el momento no se sabía de la suerte de su bebé.
  Estela de Carlotto, titular de Abuelas, consideró que “hoy comienza para ella una nueva vida” y “la relación con su verdadera historia”.
  Jorge Pedraza, director provincial de Investigación y Reconstrucción de la Memoria Histórica, de la Secretaría de DDHH, calificó ayer a este caso como “emblemático para la ciudad de Santa Fe”. Señaló que la punta del hilo de la investigación comienza el 21 de agosto de 1976, cuando “un grupo de tareas en un Falcon, con armas largas a la vista, entrega una recién nacida a una familia de calle Amenábar, en Santa Fe”.
  Este hecho fue publicado por el diario El Litoral de la ciudad capital porque “este grupo, cuando realiza esa tarea amenaza a un vecino que estaba en la vereda pero que no era cualquier vecino: se trataba de Francisco Caminos, ex miembro de la Corte Suprema provincial durante el gobierno de (facto de Juan Carlos) Onganía”.
  Luego, Caminos y la familia que recibió a la beba hicieron la denuncia penal en el juzgado de instrucción y en el de menores porque “había allí el accionar de un grupo armado amenazante”, indicó Pedraza. La patota le dijo a Caminos “metete adentro viejo y no te metás”, apuntándole con un arma.
  Posteriormente, el juzgado de menores (según obra en la causa) aconsejó a la familia que había recibido la beba que comenzara los trámites de guarda y adopción como NN porque nadie sabía de dónde provenía.
  Pedraza apunta que “luego Luis María Vera Candioti, quien en ese interín había asumido como juez de menores, autorizó hacer la inscripción en el Registro Civil como NN y le adosó el apellido de la familia que la había recibido, cuando todavía era muy pronto”. Enfatizó que “había que investigar un hecho delictivo porque muy probablemente los padres biológicos de esa beba podrían haber sufrido la violencia del grupo armado” que la entregó.

Atando cabos. Años después, Pedraza detectó que en Rosario había sido secuestrada una pareja de militantes: “Ricardo Horacio Klotzman, oriundo de Venado Tuerto, y Cecilia Beatriz Barral, de Mar del Plata, y con un nivel importante dentro del PRT, que había estado detenida antes del 73”. Antes de mudarse a Rosario la pareja había vivido un tiempo en la ciudad del sur provincial.
  “A partir de estos datos fui atando cabos” en la investigación, indicó, a lo que se sumó un parecido físico notorio de María con su madre biológica. El funcionario consideró que “en este caso hubo supresión de la identidad perpetrada por los mismos que asesinaron a sus padres. Pero lo importante es que esta joven recuperó su identidad. Ahora, hay que darle tiempo a María para que procese esta historia”.

El trámite en los Tribunales de Santa Fe y Rosario

La investigación judicial comenzó en abril de 2004 a partir de una denuncia del abogado Jorge Pedraza y más recientemente Abuelas se constituyó como querellante. El abogado del equipo jurídico de Hijos Lucas Ciarniello indicó que la causa se inició en Santa Fe porque allí fue dejada por el grupo de tareas, pero cuando surge la vinculación con el matrimonio del PRT, cuya privación ilegítima de la libertad y el secuestro se investigaba en Rosario, esta conexión generó unos conflictos de competencia que la Cámara definió dejándole la causa al juez rosarino Marcelo Bailaque.
  Consultado sobre el rol del ex juez Luis María Vera Candioti, quien actualmente está procesado por la supresión de identidad de la joven Paula Cortassa, hija de desaparecidos, Ciarniello planteó que aún no hay una imputación por el trámite de adopción de la hija de Cecilia Barral. “El expediente se inició en el juzgado de menores de Santa Fe con una jueza, después asumió Vera Candioti y la adopción salió en diciembre de 1977 por otro juez”, explicó. No obstante, consideró que “la relevancia de Vera Candioti es que está investigado en otra causa” por otro hecho de apropiación.
  Otra situación problemática se dio con el test de ADN. Al principio la joven se negó a la extracción de sangre y el juez federal santafesino Reinaldo Rodríguez hizo lugar a su oposición. Después se presentaron distintas apelaciones, una de ellas por la entonces fiscal Griselda Tessio. “Cuando la causa llegó al juzgado de Bailaque se ordenó que la extracción de la muestra se realice, pero que se entrecruce en el BNDG sólo con el grupo de esta pareja de desaparecidos, a lo cual la joven accedió”, explicó el abogado de Hijos. La toma de muestra se concretó hace pocas semanas en Santa Fe, donde compareció un empleado del BNDG en el tribunal, y el martes se conoció el resultado de las pruebas confirmando la identidad.

Carlotto: "Queremos liberarla de la mentira"

Estela de Carlotto consideró que “hoy comienza para ella una nueva vida”, como también “la relación con su verdadera historia”, en alusión a la nieta recuperada.
  “Va a sentir mucho orgullo de estos dos padres”, sostuvo. “Su hermana la quiere ver”, aseguró, y señaló que “tiene tíos y una abuela”.
  Explicó que “como otros chicos, se negaba (a realizarse los exámenes de ADN), tenía miedo. Todo lo que es desconocido produce rechazo”, reconoció.
  “El nieto 102 también se negó y ahora es un chico feliz que transita por la casa de las Abuelas como si fuera su casa”, subrayó Carlotto, y auguró que “le va a pasar lo mismo a ella”. Pero aclaró que la joven finalmente “aceptó sin reparos la extracción de sangre obligatoria” que determinó el juez.
  “La historia que vivió en el pasado no se le va a borrar, y nadie pretende que cambie de forma de vida, amistades o afectos, porque eso es ella. Las Abuelas queremos liberarla de la mentira para entregarle la verdad y que camine ese camino”, porque de esta manera “el día que tenga hijos sabrán también de dónde vienen y ella también tendrá muchas respuestas para las cosas que sentía”.

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