Silenciar la democracia. Las masacres de Remedios y Segovia, 1982-1997.

Informe del grupo de memoria histórica de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación. Bogotá, Taurus, 2011.

Silenciar la democracia

Las masacres son un lugar común en la historia de los últimos años de los municipios de Segovia y Remedios, en el nordeste antioqueño (Colombia). Hablar de masacre es tomado por sus habitantes con tanta naturalidad como hablar de minería o del mal estado de las carreteras. Parece tan natural como una cicatriz a la que prefieren no ver pero que saben que les pertenece. Gran parte de esa realidad está reflejada en este informe.

Durante el periodo 1982-1997 ocurrieron 14 eventos de este tipo que dejaron 147 víctimas fatales. Uno de ellos, el de Segovia, del 11 de noviembre de 1988, se constituyó en la primera gran masacre de la historia del conflicto armado contemporáneo cometida en un casco urbano. Ésta, junto con otros tres episodios reconstruidos en este informe, se convierten en hitos de la violencia contra las disidencias políticas, debido a sus objetivos, la identidad de los que murieron y la de los territorios atacados.

Gran parte de las victimas pertenecían, en especial, a miembros de la Unión Patriótica, asesinados con sevicia por redes criminales articuladas por miembros activos de la fuerza pública (Ejército y Policía), en asociación con civiles y grupos paramilitares.

Pero además de los tristes recuerdos que acompañan a los habitantes de esta zona de Antioquia, el daño también se ve reflejado en el colapso de las relaciones comunitarias y el miedo de la gente para pronunciarse de una manera diferente. Esto sin contar con el precario desempeño de la Justicia. La impunidad es un factor compartido por casi todas las masacres. La justicia penal militar, por ejemplo, no profirió fallo alguno por la actuación de miembros de la fuerza pública (por acción u omisión) en ninguna de las cuatro masacres detalladas en este informe.aurus, 2011

 

Las masacres son un lugar común en la historia de los últimos años de los municipios de Segovia y Remedios, en el nordeste antioqueño (Colombia). Hablar de masacre es tomado por sus habitantes con tanta naturalidad como hablar de minería o del mal estado de las carreteras. Parece tan natural como una cicatriz a la que prefieren no ver pero que saben que les pertenece. Gran parte de esa realidad está reflejada en este informe.

 

Durante el periodo 1982-1997 ocurrieron 14 eventos de este tipo que dejaron 147 víctimas fatales. Uno de ellos, el de Segovia, del 11 de noviembre de 1988, se constituyó en la primera gran masacre de la historia del conflicto armado contemporáneo cometida en un casco urbano. Ésta, junto con otros tres episodios reconstruidos en este informe, se convierten en hitos de la violencia contra las disidencias políticas, debido a sus objetivos, la identidad de los que murieron y la de los territorios atacados.

 

Gran parte de las victimas pertenecían, en especial, a miembros de la Unión Patriótica, asesinados con sevicia por redes criminales articuladas por miembros activos de la fuerza pública (Ejército y Policía), en asociación con civiles y grupos paramilitares.

 

Pero además de los tristes recuerdos que acompañan a los habitantes de esta zona de Antioquia, el daño también se ve reflejado en el colapso de las relaciones comunitarias y el miedo de la gente para pronunciarse de una manera diferente. Esto sin contar con el precario desempeño de la Justicia. La impunidad es un factor compartido por casi todas las masacres. La justicia penal militar, por ejemplo, no profirió fallo alguno por la actuación de miembros de la fuerza pública (por acción u omisión) en ninguna de las cuatro masacres detalladas en este informe.

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