Pepe Mujica. De Tupamaro a Presidente
María Esther Gilio Capital Intelectual, Buenos Aires, 2010
tapa libros MuicaA Pepe Mujica no le gusta dar respuestas convencionales o previsibles. Por el contrario, a diferencia de la mayoría de los cuadros políticos más importantes de este momento latinoamericano, Mujica se enfrenta a las preguntas, tanto sean de su vida personal como de su imaginario político, con respuestas que desarticulan las creencias consagradas. María Esther Gilio lo sabe y lo confirma en cada una de las páginas de Pepe Mujica, de Tupamaro a Presidente, pequeño volumen editado por Le Monde Diplomatique y que reúne dos extensos reportajes que la periodista le hiciera a comienzos de 2005 al por entonces candidato del Frente Amplio y actual presidente del Uruguay.
El título mismo del volumen traza el arco temporal del relato contenido en este reportaje que busca desentrañar quién es en verdad este hombre mayor, poco adepto a los ceremoniales y protocolos, ex guerrillero, apasionado de la política y poseedor de un pensamiento lúcido y sagaz construido más en la observación atenta del mundo que en el saber bibliográfico o académico. Más de una década en las prisiones de la dictadura dotaron a Mujica de una fuerza y de una templanza que a él le gusta exhibir, como si ese pasado oscuro formara parte de una de los tantos espacios de aprendizaje necesarios para su formación intelectual: de la humildad de una infancia rural a las letrinas a donde fue recluido junto a sus compañeros tupamaros, pasando por los años de militancia anarquista, Mujica despliega un relato en el que reafirma una visión humanista fuertemente apegada a incondicionales principios éticos, una visión en la que los dogmas u ortodoxias acuñados durante más de un siglo por el llamado progresismo latinoamericano van siendo revisados y puestos en cuestión frente a una mirada en la que su propia experiencia política es la herramienta fundamental con la que fragua ideas y conceptos.
Mujica alude de manera casi obsesiva a la naturaleza y la biología como territorios propicios para entender la política, casi una apelación al sentido común más elemental a los que recurre para descifrar los enigmas y los dilemas de la sociedad contemporánea. De allí que sus respuestas hagan casi siempre a un lado las citas a la alta cultura letrada para optar en cambio por ejemplos tomados de la más elemental observación cotidiana: la forma en la que una planta crece y se reproduce puede servirle de base para hablar de los modos en que una organización o sociedad resiste, por ejemplo, los embates del neoliberalismo. Ejemplos de este tipo se multiplican a lo largo de las dos entrevistas, diseñando un modo de entender lo político alejado de los esquemas y conceptos consagrados, como si tratara de dar a entender que los moldes del pensamiento tradicional no solo hubieran trágicamente fracasado en su intento de leer los diferentes presentes a los que se enfrentó América latina, sino que además son obsoletos y carentes de fuerza imaginativa para resolver los dilemas y desafíos de la vida contemporánea.
El pasado traumático del que Mujica ha sobrevivido reaparece de manera intermitente en sus respuestas. Y cada alusión a él lo lleva a enunciar el mandato de responsabilidad política que le cabe respecto a sus compañeros muertos o desaparecidos, pero dando una vuelta de tuerca que no pocas veces ha sido criticada por sus compañeros de militancia o partido: “A los muertos hay que enterrarlos y respetarlos una vez al año. No se construye nada con los muertos. La gente tiene que vivir audazmente. Hay que servir para abono y no para estorbo. Servir para abono significa mineralizarse, simplificarse, volverse algo útil. Perder el sentido de pertenencia. Lo importante no es que quede el nombre sino que algunas ideas sembradas, sin saber ni preguntarse de dónde, sean tomadas como propias”.
La extensa entrevista realizada por María Esther de Gilio recoge éstas y tantas otras opiniones desmarcadas de lo previsible, las que en conjunto permiten acercarse al pensamiento y la vida de uno de los líderes políticos latinoamericanos más interesantes que haya dado la región en los últimos años.