23/03/2012 - 30/06/2012
Prensa y Dictadura
El viernes 23, a las 19 h, en el Museo de la Memoria (Córdoba 2019), se inaugurará la muestra Prensa y Dictadura, una invitación a reflexionar sobre la política de instauración del silencio entre los años 1976 y 1983. En exhibición hasta el 30 de junio.
El dictador Videla en ejercicio de sus funciones.A 36 años del comienzo de la última dictadura cívico-militar, el Museo de la Memoria invita a repensar, a través de una muestra, el rol de la prensa durante aquellos años.
El viernes 23, a las 19 h, en el Museo de la Memoria (Córdoba 2019), se inaugurará la muestra Prensa y Dictadura, una invitación a reflexionar sobre la política de instauración del silencio entre los años 1976 y 1983.
La muestra, organizada a partir de material documental alojado en el Museo de la Memoria y en la Hemeroteca municipal y curada por la artista plástica Graciela Sacco, no aspira a presentar en su totalidad ese fenómeno político y cultural sino a exhibir algunos momentos y temas claves aparecidos en publicaciones periódicas y de alcance masivo de aquellos años.
Prensa y Dictadura convoca a repensar esta compleja relación a partir de cuatro ejes transversales: vida cotidiana, la exaltación en la prensa de los valores occidentales y cristianos; el Mundial 1978, presentado como la gesta triunfalista de un país frente a los cuestionamientos de los organismos de Derechos Humanos; el nuevo panorama universitario devastado, mostrado como una conquista más del nuevo orden político y social; y la Guerra de Malvinas, utilizada como generadora de consensos a partir del ocultamiento de la verdad en los principales medios del país.
La última dictadura cívico-militar necesitó consolidar lo más rápido posible un discurso común que legitimara la usurpación del poder y el terrorismo de Estado como método de exterminio de la oposición. Esto se tradujo en la requisa e incineración de bibliotecas públicas y privadas, la confección de listas negras, la desaparición de escritores y periodistas, la expulsión de corresponsales extranjeros y el control de una poderosa maquinaria de legitimación de las acciones del gobierno militar gracias al apoyo de no pocas empresas periodísticas que acompañaron la justificación de su existencia.