Guerrieri: sobreviviente relató cómo le hicieron un aborto sin anestesia

Diario La Capital - 20/09/2013

Juan Rivero. Fue torturado en la Fábrica de Armas Domingo Matheu.

Los ex presos políticos de la dictadura Adriana Arce y Juan Rivero relataron al Tribunal Oral Federal Nº1 de Rosario el secuestro y torturas en su contra, en el juicio oral a 12 represores del grupo de tareas del Destacamento de Inteligencia 121. Arce, ex dirigente del gremio docente, describió el momento más duro de su calvario cuando le fue practicado un aborto sin anestesia, a consecuencia de los tormentos que le infligieron. Además, reconoció en la sala de audiencias a cinco de los actuales imputados como miembros de la patota.

Arce identificó a los imputados presentes en la sala como integrantes de la patota que la secuestró el 11 de mayo de 1978, señalando a Alberto Pelliza (alias Armando), Juan Andrés Cabrera (Barba), Ariel Porra (Puma), Marino González (Pepe) y Joaquín Gurrera (Capitán Mario). "Es muy difícil olvidarse de las caras de las personas que a uno le arruinaron la vida, y no sólo a mí sino a mis hijos también y a los de mis compañeros. Uno no tiene derecho al olvido", enfatizó.

Estos imputados no habían sido juzgados en la primera parte de la causa Guerrieri (ahora se desarrolla la segunda etapa), cuando en 2009 la testigo identificara a Juan Amelong, Pascual Guerrieri, Jorge Fariña, Walter Pagano y Eduardo Costanzo

La posibilidad de identificar en la sala a sus captores se dio —como explicó la abogada de parte de la querella Daniela Asinari— "a partir de un pedido de la fiscalía, al cual el tribunal hizo lugar, ordenando que todos los nuevos imputados fueran trasladados a la sede judicial y estuvieran presentes durante la audiencia". La letrada destacó que "ello posibilitó la manifestación de conocimiento efectuada por Arce, que pudo señalar a algunos de ellos mirándolos a la cara".

"Al llegar (al centro clandestino de la ex Fábrica de Armas Domingo Matheu) dije que estaba embarazada. Empezaron a pegarme de todas las formas posibles, aplicarme picana, me dijeron que me desnudara", relató. Añadió que "ellos para aplicar picana tenían el sistema de ponerte un estilete para hacer masa debajo de la uña del pie. Así me torturaron, así perdí a mi hijo, y así me hicieron un aborto sin anestesia. Estos señores lo saben perfectamente", sostuvo la testigo girando y mirando a los imputados.

Afirmó que sus captores indagaban "sobre la actividad sindical; el gremio (docente) fue muy perseguido por la represión. Muchos de mis compañeros me decían «te van a dejar salir del país si hablás». Yo ya no podía caminar, tenía muy deterioradas las piernas, sangraba mucho porque por mi embarazo me aplicaban mucha picana en la vagina". Relató que "el lunes 16 de mayo de 1978 me sacaron de la fábrica y me llevaron a un lugar que parecía un estudio jurídico. Ahí me dijeron que alguien quería hablar conmigo. Me dieron un teléfono. Siempre denuncié el número: 40850".

Dijo que "vino un señor muy grande, le decían Pipo Ciciliani, era médico. Me revisó, dijo que en esas condiciones no podía atenderme. Me llevaron a un departamento por calle Entre Ríos, en el 5º piso. Ese departamento fue allanado en 1984 por el juez Fermoselle, encontraron las cosas y documentos que dije que había. Allí me quitaron la venda. Había otras personas que no estaban desde el principio: Ricardo y Sebastián (Fariña). El médico me revisó, les preguntó por qué habían estado haciendo cosas si yo estaba embarazada. Me duermo, al despertarme estaba solo Rubén Rebora", (su nombre real era Eduardo Rebecchi).

Luego fue retornada a la fábrica: "A la mañana seguían colocándome inyecciones por las pérdidas pero esto no las detenía. Entonces decidieron que como yo no tenía ninguna capacidad de decisión me iban a hacer un aborto. Lo hicieron sobre la mesa donde comían estos genocidas. Hirvieron los elementos en una olla. Cada uno me tenía de una pierna, un brazo. Yo escucho a Pipo (el médico) decirles «después de todo lo que le hicieron qué les pasa que están tan impresionados, todos callados, nunca vieron a una mujer por dentro?». Pipo me dice «no te puedo garantizar que no te vayas a morir, tenés un DIU, quedaste embarazada, tenés incrustado el DIU por los golpes». Yo me desmayé. Nunca más pude quedar embarazada como consecuencia de esto. Después llegó el Mundial" de fútbol.

Continuó que "un día llegó (el extinto dictador Leopoldo) Galtieri, su voz era inconfundible. Nos preguntó ¿saben quién soy?, y me dice «usted tiene suerte, porque se llama igual que mi hija, usted va a vivir»".

Arce destacó que compartió cautiverio en la fábrica "con Ariel Morandi, Susana Miranda (ambos desaparecidos) y Olga Moyano, Ramón Verón e Hilda Cardozo, también desaparecida". Luego fue llevada al Batallón 121 y comenzó el proceso de blanqueo de su detención con un burdo consejo de guerra y la intervención cómplice de la Justicia federal del momento. "Nos llevaron al batallón y nos hicieron firmar con los ojos vendados".

"Nunca me he considerado una víctima, soy una sobreviviente del terrorismo de Estado que se aplicó en este país con la connivencia de civiles, la corporación económica y mediática", le dijo luego al tribunal, y dirigiéndose a los imputados, les espetó: "Sean capaces de asumir lo que hicieron; si eran tan valientes cuando nos tenían atados y nos daban picana, asuman lo que hicieron, no a mí, al país. Ahora se esconden para no hablar".

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