Un testigo aseguró que el cura «Zitelli estaba en El Pozo»

Diario La Capital - 17/05/2014

Eugenio Zitelli

El juicio oral por la causa Feced II realizó la semana que pasó dos nuevas audiencias en las que declararon tres ex detenidos-desaparecidos en el Servicio de Informaciones (SI) de la ex Jefatura de policía, dos de los cuales dieron cuenta de la presencia en ese centro clandestino del ex capellán Eugenio Zitelli. El sacerdote está procesado en dos expedientes en etapa de instrucción. También declaró un dirigente de la comunidad peruana en Rosario quien aportó datos sobre los asesinatos de los hermanos Antonieta y Rory Céspedes Chuang.
Una de las testigos fue Mónica Cattoni, que relató su secuestro el 31 de diciembre de 1976 en su casa donde vivía con su esposo y sus hijos de tres meses y dos años. “Desalojaron toda la cuadra, había autos particulares y camiones de policía. Trajeron a una persona detenida para que nos reconozca que le dijo a mi ex marido: «Entregate hermano porque perdimos la guerra». Nosotros no lo conocíamos, ni militábamos tampoco. Sí, al lado de mi casa vivía una pareja, que después buscaron, que eran militantes”.
La mujer y su marido, Néstor Caraballo, fueron liberados el 19 de enero de 1977. Al salir, se enteró que su hermano “había hablado con Zitelli y a él no le dijo nada, pero a otro familiar mío sí le dijo que me había visto (detenida) con una pollera roja”. Señaló que “mi suegro llegó a hablar con (el ex jefe del SI Raúl) Guzmán Alfaro por indicación de Zitelli. Finalmente a un primo mío le dijo que estaba viva y que tenía una pollera roja”. Pero además, Cattoni afirmó que “Zitelli estaba a diario en El Pozo, era asesor en un montón de cosas. Lo vi allí. Escuché cuando le decían: «Zitelli, tenés que hablar con Castagnani», que era otro detenido. Zitelli podía escuchar perfectamente los gritos de los torturados”. El Pozo era uno de los sectores del centro clandestino que operó en la entonces sede policial.
También testificó ante el Tribunal Oral Federal 2 de Rosario Graciela Villareal, quien estuvo privada de su libertad desde el 27 de septiembre de 1976 hasta diciembre de 1978. Señaló que fue secuestrada de su casa por un comando conjunto de Ejército y policía. Dijo que el imputado Rubén “Lofiego se identifica con su nombre ante mi madre vestido de civil y acompañado de personal de civil”. Dijo que fue torturada por Lofiego en un lugar que no pudo identificar, y luego llevada al SI donde sufrió los apremios nuevamente. Tras varios meses de cautiverio allí, en noviembre de ese año fue trasladada a la cárcel de Devoto donde, relató, “nos visitó un sacerdote quien creo era Zitelli. Intentó hacerme firmar un arrepentimiento pero le dije que no había hecho nada. Mi padre era policía y murió en 1969, y quien despidió los restos fue Zitelli, de allí que mi hermano lo reconoce cuando yo le cuento”.
Otro testigo fue Roberto Arevalo Moscoso, presidente de la Asociación de Estudiantes Peruanos Residentes en Rosario, quien fue convocado por el fiscal Gonzalo Stara para acreditar todo cuanto la colectividad de ese país investigó acerca del asesinato de dos de sus integrantes: los hermanos Antonieta y Rory Céspedes Chuang.
Además, dio su testimonio Ernesto Bradley, quien fue secuestrado en la madrugada del 22 de agosto de 1977 por un grupo armado que irrumpió en su casa diciendo ser policías. Relató que fue llevado al SI donde “me sometieron a interrogatorios, apremios y amenazas”. Señaló que “no llegué a pasar por la parrilla como otros detenidos, que puede ver muy maltrechos”.
Finalmente, el Tribunal resolvió realizar una inspección judicial en el SI el lunes 26 de mayo a las 10.30. También se constituirá el Tribunal en la casa donde ocurrieran los asesinatos de los hermanos peruanos Céspedes Chuang.

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