Evidencias | Actualización de la obra de Norberto Puzzolo

Evidencias | traspaso de fichas

En el marco del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, el 24 de marzo se realizó el traspaso de fichas de la obra Evidencias que forma parte de la muestra permanente del Museo de la Memoria. El objetivo fundamental del espacio es recordar el incesante trabajo de búsqueda y restitución de la identidad de más de 500 niños y niñas arrebatados por el aparato represivo.

Esta sala es una creación de Norberto Puzzolo que adopta un formato de rompecabezas dividido en dos partes: de un lado les nietes recuperades y del otro aquelles que aún no han encontrado su identidad. Cada 10 de diciembre, en el Día Internacional de los Derechos Humanos, se realiza una ceremonia de traspaso con el propósito de, algún día, poder completar el puzzle representativo del listado conformado por Abuelas de Plaza de Mayo.

La ceremonia fue realizada por última vez en 2019 dado que no hubo novedades de nuevas localizaciones de nietes hasta diciembre del 2022. En celebración de esta noticia, el Museo de la Memoria adelantó la fecha del cambio de fichas y realizó el traspaso en homenaje a los nietos 131 y 132 que hoy conocen su historia.  

En relación a este acto conmemorativo el director del museo, Lucas Massuco, enfatiza en torno a la relevancia y la carga significativa de esta obra dentro de la muestra permanente: “El espacio de Evidencias representa como pocos, aquello que buscamos incesantemente en el Museo: ser el encuentro entre las generaciones de ayer, hoy y mañana. Nos habilita a interrogarnos por las identidades, entenderlas como construcción y derecho, y además honrar la lucha de Madres y Abuelas por la memoria, verdad y justicia”.

 

Historias recuperadas

Sobre la historia del nieto 131

Caso Nadín - Quevedo 

Lucia Nadín y Aldo Hugo Quevedo se conocieron en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cuyo y a los seis meses se casaron. Lucía era Profesora de francés, latín y griego, y trabajaba junto a Aldo en un taller de encuadernación. Ambos militaban en el PRT-ERP, donde eran apodados “Chiquita” y “Dipy”. Luego de la detención de un compañero de trabajo, decidieron trasladarse a Buenos Aires. Entre septiembre y octubre de 1977, Lucía embarazada de dos ó tres meses, y Aldo fueron secuestrados, permaneciendo detenidos en los centros clandestinos “Club Atlético” y “El Banco”. Por testimonios de sobrevivientes, pudo saberse que Lucía fue trasladada a la Escuela de Mecánica de la Armada para dar a luz entre marzo y abril de 1978. 

La denuncia formal la realizó el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos en Mendoza en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) que logró confirmar el embarazo de Lucía. Un año más tarde la familia Nadín dejó su muestra en el Banco Nacional de Datos Genéticos. En 2010 la CONADI dio con el hermano de Aldo y sumó su perfil al Banco. 

En 2015 a partir de un trabajo de investigación de Abuelas y la CONADI sobre información aportada por la sociedad, se identificó a un hombre que se sospechaba podía ser hijo de desaparecidos. La Unidad Especializada para casos de apropiación de niños durante el terrorismo de Estado en 2019 presentó la denuncia ante la justicia que logró localizarlo en septiembre del año pasado y lo invitó a analizarse. El hombre aceptó realizarse el estudio genético. El 21 de diciembre de 2022, el Banco Nacional de Datos Genéticos, comunicó la noticia: es hijo de Lucía y Aldo. 


Sobre la historia del nieto 132 

Caso Morales 

Mercedes del Valle Morales vivía en Monteros, Tucumán. Era militante del PRT-ERP y trabajaba en una finca. El 20 de mayo de 1976 fue secuestrada allí junto a parte de su familia. Su hijo, con apenas 9 meses, estaba el día del operativo, en el que también desaparecieron sus abuelos. Cuatro días después secuestraron a sus tíos. Fue una tía abuela materna, Máxima Rita Romero de Morales quien, con el retorno de la democracia, denunció ante la CONADEP la desaparición de toda su familia.

Juan José inició la búsqueda de su identidad en 2004 , él desconocía que no era hijo de quienes lo criaron, hasta que sus hermanos de crianza -luego de fallecidos sus padres- se lo dijeron y le entregaron su DNI original. Con esa información se dirigió a la CONADI para indagar sobre su origen biológico. Luego de la investigación documental y gracias a los estudios de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos en 2008, se pudo constatar que Mercedes del Valle Morales era su madre. Tiempo después el Equipo logró identificar los restos y Juan José pudo realizar una ceremonia para despedirla. 

Parte de la verdad comenzaba a salir a la luz pero aún faltaba saber quién era el padre del joven y constatar si había sido víctima de apropiación, para ello debía probarse si quien inscribió al niño como propio era verdaderamente su padre. Como el hombre ya había fallecido, la filiación sólo podía comprobarse o descartarse a través de una exhumación del cuerpo que permitiera la comparación del perfil genético con la víctima. Ante la recepción del informe del Banco Nacional de Datos Genéticos, el 28 de diciembre de 2022 el Juzgado Federal de Tucumán informó al joven que no es hijo de quien lo crió y confirmó que efectivamente fue víctima de sustracción, ocultamiento y sustitución de identidad en el marco del terrorismo de Estado.

 

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