Testimonios conmovedores en Paraná

En el marco del juicio por la sustracción los mellizos de la militante desaparecida Raquel Negro, brindó testimonio el presidente del Centro de Militares para la Democracia (Cemida), Horacio Ballester. Afirmó este jueves que "nadie está obligado a cumplir órdenes ilegales", y enfatizó que la tortura, y el robo de bebés "no estaban contemplados como funciones del Ejército".

Postal familiar. Sabrina Gulino rodeada de familiares biológicos y adoptivos.

Redacción Rosario.com - 16/09/2011

Además declaró Raúl Francisco Gullino, el padre adoptivo de Sabrina Gulino, quien confirmó que los primeros días de abril de 1978 fue con su esposa "a retirar a la beba por orden de la Justicia de Menores al Hogar del Huérfano de Rosario", donde había sido abandonada por los represores. 

Ballester habló ante el Tribunal Oral Federal de Paraná, al testimoniar en la causa en que se investiga el funcionamiento de una maternidad clandestina durante la dictadura, en la que las detenidas-desaparecidas embarazadas eran llevadas para dar a luz bebés que luego eran apropiados. La afirmación de Ballester dio origen a un duro cruce con uno de los imputados presente en la sala, el ex jefe del batallón de Inteligencia 121 durante la dictadura, coronel Pascual Guerrieri.

La nueva audiencia de este jueves incluyó emotivos testimonios del padre adoptivo de Sabrina Gullino, la menor apropiada cuando era bebé, y del tío biológico de ésta que, junto al resto de la familia, aún busca a otro sobrino del que no se tienen noticias desde 1978.

Al declarar ante el tribunal, el titular del Cemida advirtió que "nadie está obligado a cumplir órdenes ilegales", y enfatizó que "las torturas, las violaciones, y los robos de bebés no estaban contemplados como funciones del Ejército". Reconoció que "la represión en la Argentina estuvo coordinada y organizada desde el más alto escalafón" militar, y recalcó que "la Doctrina de la Seguridad Nacional es consecuencia de una serie de tratados que se fueron desarrollando a través del tiempo, a partir del ataque japonés a Pearl Harbor" en 1941.

Dijo que como consecuencia de esa doctrina y de la guerra fría, "los Estados Unidos diseñaron un plan de lucha contra el enemigo, que era el movimiento comunista internacional, el peronismo, y todo aquel que buscara alguna solución nacionalista". Explicó que como consecuencia de la aplicación de esa doctrina, que tenía que ser ejecutada por las Fuerzas Armadas, "los `comunistas`no tenían derechos. Eran arrestados sin orden o secuestrados. Para mí hubo un genocidio, porque hubo una persecución ideológica", agregó. Ballester explicó que "todos los grandes tratados se firmaron durante gobiernos democráticos, por la presión de los poderes internacionales, Estados Unidos y los mercados".

Al hablar de la sustracción de bebés y de la sustitución de identidades, explicó que el proceso militar "siguió el ejemplo de (Francisco) Franco, que en la España de la posguerra se apropió de los hijos de los comunistas".

Las declaraciones de Ballester fueron replicadas airadamente por el coronel Guerrieri, quién insistió en que "el soldado no es responsable de la política nacional del Gobierno de turno, que decidió alinearse en determinado bloque".

Por su parte en otro testimonio, Raúl Gullino, jubilado y padre adoptivo de Sabrina Gullino, la nieta recuperada número 96 por las Abuelas de Plaza de Mayo; y el tío biológico de la joven, Jorge Negro, relataron emotivos detalles de la adopción y del proceso que culminó con la recuperación de su identidad en 2008. “Nunca nos imaginamos que Sabrina era hija de desaparecidos. Siempre pensamos que el mecanismo era otro: que los militares se quedaban con los hijos de los desaparecidos o que se los entregaban a los conocidos”, contó este jueves ante el Tribunal Oral Federal el bioquímico jubilado Raúl Francisco Gullino, padre adoptivo de la hija de los desaparecidos Raquel Negro y Tulio Valenzuela.

En su declaración en el juicio por la causa Hospital Militar, confirmó que los primeros días de abril fue con su esposa a retirar a la beba por orden de la Justicia de Menores al Hogar del Huérfano de Rosario, donde había sido abandonada por los represores en el marco del plan para la sustracción de Sabrina y su hermano mellizo por el cual se juzga a Pascual Oscar Guerrieri, Juan Daniel Amelong, Jorge Fariña, Walter Pagano, Marino González y Juan Antonio Zaccaría.

“Con mi esposa nos casamos en marzo de 1973 y la intención era tener un bebé. Lo estuvimos buscando un tiempo prolongado y el bebé no aparecía. Entonces decidimos empezar a hacer tratamientos de fertilidad, que en ese momento no eran como hoy en día en cuanto a la eficacia; y estuvimos tres años aproximadamente y no conseguimos el embarazo. En ese momento decidimos adoptar un bebé”, relató Gullino.

“Nos anotamos en un listado del Juzgado de Menores de los Tribunales de Rosario; tuvimos un período de espera en el cual nos hicieron entrevistas. Quedamos a la espera de recibir noticias y un día estábamos almorzando con mi señora y en Canal de 3 de Rosario aparece un movilero que va a hacer una nota al Hogar del Huérfano, porque habían dejado abandonado un bebé. Hicimos el comentario: ‘A ver si es para nosotros esta beba’”, continuó. Tres o cuatro días después, el matrimonio recibió un llamado de la Justicia avisándoles que había una niña que le correspondía a ellos por el orden del listado. Una vez en Tribunales, les confirmaron que se trataba de la misma criatura que había sido abandonada; les dieron la opción de ir a retirarla ellos al hogar y aceptaron.

“En el Hogar del Huérfano nos hicieron pasar, la madre superiora nos mostró a Sabrina y nos dijo que la habían dejado abandonada en la puerta; pero no vieron nada, no escucharon nada. Alguien que salía o que entraba se encontró con la bebé y la tuvieron a su cuidado. Estuvimos un rato con Sabrina, hicimos la parte legal y ya la llevamos”, recordó. Eso fue el 3 de abril del 78, una semana después del abandono.

En el juzgado les dijeron que la niña podía tener en ese momento entre 35 y 40 días. En base a ese dato sacaron como fecha probable de nacimiento el 27 de febrero. Después un médico les dijo que podía tener menos días, 30, y ese cálculo coincide con la fecha real de nacimiento en el Hospital Militar de Paraná, que sería el 3 ó 4 de marzo. “El estado de salud era bueno. La misma tarde que la retiramos la llevamos a un pediatra, pesaba 2,400 kilos y lo único que tenía era la cola muy paspada, pero en dos o tres días se solucionó el problema”. Nunca tuvieron conocimiento ni sospecharon que fuera melliza.

Sabrina nunca desconoció su condición de adoptada, ya que sus padres se lo fueron haciendo saber desde muy chica. Pero nunca se imaginaban ellos que era hija de desaparecidos: “Siempre pensábamos que el mecanismo era otro”, acotó.

Emocionado, Gullino dijo que lo único que le ocultaron a su hija fue que había sido abandonada, como forma de protegerla. Recién se lo contaron días antes de que se realizara el análisis de ADN, cuando ya los habían llamado desde el Juzgado Federal de Paraná y tenían la firme sospecha, por la información que habían leído en la prensa, de que era la hija melliza de Raquel Negro y Tulio Valenzuela.

Finalmente, Francisco hizo un agradecimiento a “todos los que han ayudado a Sabrina en todo este proceso, llámese la organización HIJOS, Abuelas de Plaza de Mayo, Secretaría de Derechos Humanos, a sus hermano Sebastián y Matías, a toda la gente que nos ha tocado conocer acá en el Juzgado Federal de Paraná que nos han tratado en forma tan amable”.

A su turno, el tío biológico de Sabrina, Jorge Negro, hizo un reconocimiento a sus padres, Rogelio y Ermelinda Paoletti -abuelos de la joven-, "que a pesar de todo su sufrimiento nunca bajaron los brazos", en la búsqueda de mi hermana (Raquel Negro) y sus hijos mellizos y nunca me demostraron que estaban destruidos, como estuvieron”.

"Todo mi amor hacia mis padres, que han llevado esto de la mejor manera que han podido”, dijo en un emocionado reconocimiento antes de pedir "a alguna persona que le llegue al alma esta situación que brinde datos y permita encontrar a mi sobrino, como encontramos a Sabrina".

Negro dijo que su hermana y sus dos parejas sucesivas, Marcelino Álvarez y Tulio Valenzuela, "estarían muy orgullosos de sus hijos que llevaron adelante" este juicio contra los represores. "Creo que este es el mejor homenaje que estos chicos les pueden hacer a sus padres”, completó mientras era ovacionado por la sala.

En el final de la audiencia la directora del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), María Belén Rodríguez Cardozo, explicó el procedimiento de la toma de muestras de sangre, las medidas de seguridad que se siguen y la normativa vigente en ese instituto.

Fuente: Télam / http://mesajuicioycastigo.com.ar/causahospitalmilitar

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