17 rosas vuelven a casa con dignidad

Entierro con honores para el grupo de mujeres de Guillena asesinadas en 1937. Cientos de familiares, vecinos y autoridades homenajean a las represaliadas

Cortejo fúnebre de las 17 rosas por las calles de Guillena (Sevilla). / PACO PUENTES

Diario El País - 15/12/2012

Las 17 rosas de Guillena fueron encarceladas, vejadas, rapadas y paseadas por su pueblo para escarnio público. Luego, los falangistas las acarrearon en un camión, como animales, y se las llevaron al vecino municipio de Gerena, también en la provincia de Sevilla. Allí, estas 17 mujeres de entre 24 y 70 años fueron asesinadas en noviembre de 1937 y arrojadas a una fosa común del cementerio.

Cuentan que de aquel camión que viajaba hacia la infamia solo salían llantos y gritos de miedo. Este sábado, 75 años después, el silencio casi absoluto solo lo han roto las campanas tocando a muerto. Las 17 rosas de Guillena han regresado a su pueblo y cientos de familiares y vecinos las han acompañado hasta el camposanto. "Verdad, justicia y reparación", se lee en la placa que han colocado a la entrada del panteón en el que las mujeres descansan juntas desde hoy.

El camino de vuelta de Gerena a Guillena lo han hecho 75 años después como heroínas y con la dignidad recuperada. En dos coches fúnebres han viajado 17 cajas de madera, 17 rosas y 17 pequeños cartelitos con el nombre de cada una. Manuela, Rosario, Natividad, Granada, Trinidad, Ramona, Ana María, Josefa... La Policía Local y una caravana formada por decenas de automóviles con algunas banderas tricolores las han escoltado durante todo el trayecto. Al funeral laico que se ha celebrado en el cementerio de Guillena han asistido los alcaldes de los dos municipios, el presidente del Parlamento andaluz, Manuel Gracia, y el de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos.

También ha estado allí, sentado en una silla de anea, José Domínguez Núñez, uno de los protagonistas de esta historia. Gracias a este hombre, que presenció encaramado a un olivo el asesinato de las mujeres a manos de falangistas y guardias civiles cuando solo era un niño, se pudo localizar la fosa del cementerio de Gerena en la que todas estaban enterradas.

"Se han cerrado 17 heridas del pasado", ha resumido María José Domínguez, presidenta de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica 19 Mujeres de Guillena. Porque las 17 eran, al principio, 19. Pero dos de las detenidas fueron indultadas y se salvaron de la muerte.

Lo que unía a este grupo de mujeres eran sus parejas y familiares, que o bien estaban en el frente con el bando republicano o bien habían huido a la sierra como maquis. Para Lucía Sócam —cuya tía abuela, Granada Hidalgo Garzón, fue una de las asesinadas— este era el único "nexo" entre aquellas mujeres. Ese y que los falangistas querían sacarles el paradero de sus familiares. En el libro Las víctimas de la represión militar en la provincia de Sevilla (1996-1963) José María García Márquez denomina a estas acciones "operaciones de limpieza". Se trataba, según este historiador, de "matanzas de mujeres exclusivamente para cortar de raíz las ayudas que los huidos en las sierras estaban recibiendo de los pueblos". García Márquez tiene documentadas matanzas como la de Gerena de 1937 en otros municipios sevillanos como El Real de la Jara, El Ronquillo o Guillena

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