Diario La Capital, Domingo 06 de Diciembre de 2015

El pasado y el presente a través de la mirada de los adolescentes

El resultado fue la presentación de dos ficciones, un documental, un cortometraje y una revista que se produjeron en el marco del Programa Jóvenes y Memoria que se desarrolla en el Museo de la Memoria.

Al público. Los chicos presentaron sus producciones esta semana, en la terraza del Museo de la Memoria.

Por Eugenia Langone

Su lugar y su presente. Los barrios, los pibes, la subsistencia, la violencia y la delincuencia, los estereotipos y los medios, la militancia y las instituciones. En un ida y vuelta constante entre el pasado —siempre constitutivo de la contemporaneidad—, más de 50 jóvenes y adolescentes pusieron la mirada en los espacios que habitan, tomaron las problemáticas que los atraviesan, las trabajaron y las investigaron, y contaron historias: la de ellos mismos, las de sus amigos, las de sus vecinos, sus experiencias. El resultado fue la presentación de dos ficciones, un documental, un cortometraje y una revista que se produjeron en el marco del Programa Jóvenes y Memoria que se desarrolla en el Museo de la Memoria.

En noviembre las presentaron ante otros 13 mil chicos de todo el país en Chapadmalal y este jueves también las expusieron en la terraza del que fuera el Comando del II Cuerpo de Ejército, en la esquina de Córdoba y Moreno.

Jóvenes y Memoria es un programa que fue creado por la Comisión Provincial por la Memoria de La Plata (Buenos Aires) y en Rosario se lleva adelante desde 2013, organizado por el Museo de la Memoria, y convocando en cada edición a grupos de jóvenes de organizaciones sociales, políticas y culturales de distintos barrios de la ciudad a realizar un proyecto de investigación.

Las historias que se cuentan son las propias. Y cada una va encontrando a lo largo del proceso de desarrollo e investigación la forma de ser contada. Alison, como todos la llaman, aunque se llama Judith Reynoso, tiene 20 años y vive en Cristalería desde hace cuatro. El asentamiento que todos conocen como Ciudad Oculta y que está frente al complejo habitacional construido por la provincia, también llamado Zona Cero, son los espacios donde el Movimiento 26 de Junio, del que la joven es parte, desarrolla su trabajo barrial y allí transcurre la historia de la ficción “Juventud militante”.

Joel, que se va del barrio y vuelve para reecontrarse con sus amigos de la infancia, es el protagonista. Lo que encuentra a su regreso es justamente a sus amigos militando y formando parte de un proyecto para mejorar el barrio. “Las malas condiciones de vida de la gente, calles que se inundan, falta de cloacas, agua que no se puede tomar y situaciones de absoluta insalubridad son los principales problemas que hay en el barrio, así como la inseguridad y las disputas por las viviendas”, según enumera la joven.

Y enseguida apunta que la otra pata del proyecto es la que justamente cuenta las acciones para cambiar esa realidad. “Lo que hacemos, los proyectos de huerta y copa de leche que se hacen en el barrio, la posibilidad de organizarnos para cambiar las cosas y ayudar a las personas”, cuenta la joven, la mayor de cinco hermanos y con todas las energías puestas en poder comenzar a estudiar Trabajo Social el año próximo.

Los integrantes de la Biblioteca Popular Pocho Lepratti, en barrio Tablada, centraron la historia en las experiencias de cada uno en las escuelas por las que pasaron, y de paso fue inevitable contar la historia de La Vigil, un proyecto que fue y sigue siendo parte del corazón del barrio.

Estereotipos. La vida de Chaque, un joven albañil de Ludueña que vive con su abuela, las economías del barrio y los modos de subsistencia, desde su trabajo hasta el frustrado robo a un quiosco, son parte del relato de ficción “¿De dónde saco la guita?”, contado por los chicos del Centro de Convivencia Barrial Ludueña Norte.

Los estereotipos que surgen a partir de esas historias, lo que se cuenta en los diarios y los estigmas que pesan tanto sobre los adolescentes como sobre los barrios, se ponen en juego en las diferentes propuestas. Ahí apunta justamente “Mi verdad no es tu noticia”, un documental que plasma las diferencias de lo que pasa en los barrios y cómo se narra en los medios de comunicación, con la policía como principal fuente de información.

Así lo cuenta Miguel Ramírez, de Las Flores, que llegó al proyecto invitado por su hermana y se sumó a Fábrica de Ideas, el grupo que reúne a chicos de diferentes barrios. “Sabemos porque lo vemos con las noticias del barrio y empezamos a investigarlo, cómo las versiones de los diarios, que son las que da la policía, no coinciden con lo que pasa en la calle”, explica el eje del trabajo que llevaron adelante a través de un documental.

Un trabajo que da cuenta de los estereotipos y sobre todo, como afirma Miguel, “de la impotencia que produce ir caminando por la calle y que alguien se cruce de vereda, y que crean que todos los que vamos de ropa deportiva, gorra y zapatillas, somos choritos”.

Otro barrio que carga estigmas es Coronel Aguirre, en Villa Gobernador Gálvez. Ahí los chicos decidieron hacer una revista reuniendo “Las voces del barrio” y contar así a partir de una de las instituciones centrales, como es el club, el testimonio del Pocho Lavezzi y otras historias.

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