lacanciondelpais.com.ar, Miércoles 07 de Diciembre de 2016

30 mil veces decimos tu nombre

Andrea Fasani junto a los cuadernos Gloria, uno por cada desaparecido durante la dictadura militar.

Andrea Fasani (1953, Bahía Blanca), artista política, performática, ceramista, autodidacta e inquieta, presentó el pasado 24 de noviembre en el Museo de la Memoria su instalación visual y sonora 30 (TREINTA). Una obra movilizante en varios sentidos: por su fuerte carga emocional y política, porque crece con la participación del público, y porque está pensada para ser trasladada y adaptada a cualquier tipo de espacio, abierto o cerrado, que oficie de contención.

La producción de TREINTA comenzó en el año 2006, cuando se cumplieron 30 años del golpe de estado que dio inicio a la dictadura cívico militar en 1976. En 1978, Fasani fue secuestrada, torturada y privada de su libertad: “Estuve 45 días en el CCD El Banco. Cerca de 40 en un tubo. Trataba de recordar cada minuto. Temí olvidar todo, dudaba acerca del estado de mi cabeza luego de los tormentos recibidos... guardé el ticket del espectáculo que vi la noche antes de mi secuestro. Siempre temí olvidar. El miedo fue, es poderoso.”

En esa insistente pelea contra el olvido, la artista comienza a recortar y guardar los recordatorios de los desaparecidos publicados en el diario Página 12, los cuales consisten en una foto de la persona acompañada con sus datos personales, su fecha de su desaparición y algún texto. “Tenía una gran cantidad de estos recordatorios, los recortaba y los archivaba. Los había implementado sobre mi cuerpo en alguna performance. Empecé a pensar en el soporte y es ahí donde me surgió la idea del cuaderno escolar Gloria, un cuaderno popular, económico, muy familiar. Entonces me propuse destinarle un cuaderno a cada una de las personas desaparecidas: 30.000 cuadernos.”

La primera vez que la obra se mostró como work in progress fue en septiembre de 2006, en la Oficina Proyectista, una galería de proyectos de Buenos Aires. “En ese momento eran unos 680 cuadernos. Revestí una pared e hice que avanzaran sobre el piso. Hice una especie de plano de cuadernos.” Se ha instalado en diversos espacios públicos como la Plaza de Mayo o Iglesia de la Santa Cruz, en galerías, museos y universidades.

La característica tapa anaranjada de los Gloria, aparece estampada con el número “30” y, debajo, el triple cero completa la cifra de las víctimas. “En la primera hoja está la foto, el recordatorio, y el número del cuaderno –explica la autora-; en el resto de las 23 hojas me propuse escribir el nombre y el apellido de la persona a quien pertenece ese cuaderno y repetirlo como una acción para imprimirlo en la memoria, escribirlo en una acción mecánica y de concentración.”

Pronto, la misma impronta de fortalecer la memoria colectiva, hizo que la obra se desplegara y se abriera a la participación colectiva: “Me pareció fundamental abrirlo, no hacerlo yo sola en mi escritorio. Para ponerlo en acción decidí invitar a escribir. Así comienzan las escrituras colectivas. En cada instalación hay un momento en que yo invito a que se escriba en los cuadernos. Cuando uno abre y hace público este tipo de arte político y de archivo exigen desobediencias maravillosas, te encontrás con cartas, con expresiones o dibujos que se hacen en los cuadernos.” La repetición de un nombre escrito, como en un método de memorización, forma una trama de tinta distinta en cada uno de los casos; dicho en palabras de Fasani: “Cada página es un dibujo particular, por la riqueza caligráfica que se produce al repetir el nombre la mayor cantidad de veces posible.”

El registro sonoro, impregnación de la memoria

La obra registrada desde su aspecto auditivo es otro de los ejes que atraviesa la producción de Fasani: “Cuando presento el proyecto, yo ya había sentido la necesidad de un diseño sonoro para este trabajo. Entonces dos compositores, Fabiana Galante y Jorge Mancini, me hicieron una propuesta interesantísima, basada en el ruido de las lapiceras, en el ruido de las hojas. Ya que nos juntábamos 10 o 12 amigos a escribir, empezaron a grabarnos y a darnos ciertas consignas –murmuran o gritar sus nombres—, con esas napas sonoras se construyó.”

La muestra también se acompaña de la proyección de un documental sobre la obra, realizado por el director Alan Verrúa, quien conocía el proyecto desde sus inicios y acompañó el traslado de los cajones de madera (a la vez archiveros, soportes contenedores de los cuadernos y parte misma de la composición de la instalación) hasta el Centro Cultural Haroldo Conti, en Buenos Aires, dentro del Predio de la ex ESMA, en 2011. “Yo quería que sea de otra manera el traslado de los cuadernos y se me ocurrió implementar los megáfonos, como los pregoneros: ir con el megáfono invitando a los vecinos. Quería detenerme en el barrio del Hospital Militar, donde yo viví. Fue un trayecto muy conmovedor, pasar frente a los cuarteles en Palermo hasta llegar al predio de la ex ESMA fue una experiencia fuertísima y muy interesante.”

La artista expresa que se sigue sorprendiendo con la impredecibilidad y la incertidumbre respecto a los rumbos que pueden tomar proyectos cuando se abren al público. Es así que, por ejemplo, durante la instalación realizada en Plaza de Mayo, algunos familiares de desaparecidos le preguntaron si no se podían llevar los cuadernos una o dos semanas para escribir en sus casas. “Mucha gente empezó a seguir la instalación, para escribir y para acompañar. Algunos se los llevaban a sus casas.”, dice.

“En cada ciudad del interior a la que voy me gusta incluir a sus víctimas. En ese sentido es valiosísimo el material que el Museo de la Memoria me ha acercado.” La muestra puede visitarse en el Museo de la Memoria (Córdoba 2019) hasta el 19 de febrero, de lunes a viernes de 9 a 13h.

Andrea Fasani  se radica en BA en 1977. Desde 1987, realiza performances; a partir de 1993 comienza a trabajar junto al músico y compositor Jorge Mancini: Ciclo multimedia Berlín Alexander Platz (1993), The Loft, Ciclo “Los desconciertos” (1994), Fundación Esteban Lisa. En 1999 y 2001 presenta en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires “El límite de lo humano” y “El despojo” con curaduría de Jorge Haro.

En el 2000 es invitada a participar en el LEM-4th International Experimental Music Festival, Barcelona, España y en el Primer Encuentro de Arte de Acción y Performance. En el mismo año presentó O.S.A.G (Objeto Sonoro Argentino Globalizado) en Puertas Abiertas, MAMBA-Gob. De la Ciudad de Bs.As.

En el 2004 presenta la performance “Bloqueadores” en IMPA- Fabrica Cultural. En el 2005 es convocada a participar de la muestra “Quiénes Eran?” en el Museo de Arte y Memoria de la ciudad de La Plata, donde instala sus Objetos para La Resistencia: Bloqueadores, Válvulas y Artefactos (work in progress). Ese mismo año recibe la mención especial del jurado de la Bienal Nacional De Arte/05/MBA-MAC Bahía Blanca. En septiembre presenta el proyecto 30 (TREINTA) en la galería Oficina Proyectista (BA), work in progress que ha instalado en diversos espacios públicos (Plaza de Mayo, Iglesia de la Sta. Cruz), en galerías, museos y universidades.

En 2007 crea Buque Factoría, junto a Claudia Toro, Santiago Pereson, Fabiana Galante y Jorge Mancini, banda de investigación y experimentación sonora y visual, que parte de la elaboración y manipulación de LPs de cerámica sobre viejos giradiscos. Se han presentado en Cultura y Media (CCGSM); Ciclo Limbo –MAMba/Alianza Francesa; Domus Artis; Archibrazo (BA); El Peladero (B.Bca); Fase 2 (CCRecoleta); CCRicardo Rojas, Ciclo Cínico. Integra el colectivo de arte La Mudadora.

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