De Cady "a los que mienten"
Chomicki amplió su declaración indagatoria frente al Tribunal. "Lo único que se ha probado en este juicio es que tienen sentado a un pibe de 19 años que fue secuestrado junto a su novia de 18 y que fue torturado, y sometido al servilismo", dijo el hombre que hoy tiene más de cincuenta años.
"Es verdad que estuve en una sitio de privilegio", reconoció el Cady, en alusión al SI. Imagen: Sebastián GranataDiario Rosario|12 - 14/06/2011
Por José Maggi
"Tratan de mantener en la opinión pública lo que no pueden mantener en el juicio. Quiero aclarar que cuando digo que mienten, me refiero a un grupo muy pequeño de personas. Es una verdad irrefutable que ellos han sido víctimas del terrorismo de Estado. También es verdad que estuve en una sitio de privilegio, salvo que entendamos que cebarles mates al tipo que violó a tu compañera es un privilegio. Las mentiras fueron hechas con un sentido político premeditado, de ahí el escaso número de denuncias". La argumentación pertenece a Ricardo "Cady" Chomicki y tuvo lugar ayer en el marco de su pedido de ampliación de indagatoria frente al Tribunal Oral Federal Nº1 en el marco de la causa Díaz Bessone. Lo hizo para desacreditar los testimonios que lo ubican como miembro de la patota de Feced, en el Servicio de Informaciones. "Solamente siendo inocente se puede soportar tanta presión. Otro no pudo hacerlo", dijo en referencia al "Pollo" José Baravalle, quien se suicidó en Italia antes de ser arrestado para ser extraditado a la Argentina.
"Solo di el domicilio (del Gurí) Ramos, y fue bajo tortura. El mismo Ramos dijo que me vio en el día de su detención tirado en el asiento de atrás de un auto. Y fue para parar la tortura y las violaciones sobre el cuerpo de (Nilda) Folch. A Gustavo Mechetti el tribunal le preguntó sobre mí y ocho veces dijo que no. Sin embargo estoy sentado aquí por los tormentos de Mechetti... Pude haber apremiado a dos o tres personas de las 100 que pasaron. Yo sé que el testimonio tiene preponderancia vital, no puede ser que sobre 100 testimonios solo tres me refieran".
Chomicki, quien se negó a responder preguntas, intentó explicar algunos hechos vertidos por los distintos testigos durante la audiencia. Dijo que "no se puede encontrar ninguna persona, salvo Ramos, que ya lo expliqué, donde se diga que yo colaboré". Dijo entender "lo que ha suscitado entre sus compañeros su situación de privilegio dentro del Servicio de Informaciones pero no tenía alternativa... Mi negativa a declarar fue tomada como alta traición y vienen todo tipo de acusaciones falsas".
Particularmente cuestionó a José Aloisio quien "se dedicó a denostarme en cuanto espacio periodístico tuvo" y a María Inés Luchetti de Bettanin quien lo responsabiliza de la detención y posterior desaparición de Marisol Pérez.
En su relato dijo: "Si ponemos verdades absolutas, testimonios de tormentos inexistentes, hay intencionalidad política de corporativismos. Esta elaboración previa es la misma que hicieron con la jueza (Laura Inés) Cosidoy: utilización y presión de los medios para instalar hechos falaces y, una vez instalados, es muy difícil rebatirlos".
En otro tramo de su declaración Chomicki apuntó que "se ha escuchado el padecimiento de los familiares, mi familia no era ajena a eso. Yo tenía controles diarios con mi hermano, al faltar a ellos mi hermano concurrió a Jefatura y le negaban mi presencia. Esta situación llevó a mi madre a un nivel de depresión irreversible, le allanaron tres veces el domicilio. Esto llevó al suicidio de mi madre en el año 80".
"Creo que lo único que se ha probado en este juicio es que tienen sentado a un pibe de 19 años que fue secuestrado junto a su novia de 18 y que fue torturado, y sometido al servilismo. Aquí se han mostrado muchas fotos, a veces se pierde la noción del tiempo, (muestra una foto) a este pibe de 19 años es a quien se está juzgando y no a este viejito de 50 y pico de años", concluyó el "Cady".
La audiencia comenzó más temprano con la declaración del doctor Luis Alberto Gentile, que se desempeñó como médico de la Alcaidía de Policía entre el año 76 y 78. El profesional manifestó que no controlaban el ingreso de todos los detenidos sino que sus servicios se prestaban ante pedidos concretos, que no recordaba si debía denunciar ante la verificación de posibles lesiones pero sí que debían asentar las lesiones, en su caso, en el libro de guardia.
De igual modo reconoció "haber visto detenidos con lesiones", aunque lo atribuyó a que los mismos "se peleaban entre sí". Ante la pregunta del defensor Germán Artola sobre si había atendido algún detenido en el SI manifestó haber ingresado al mismo a una suerte de sala de guardia. Ante dicha afirmación el fiscal solicitó que se extraigan copias de su testimonio y se remitan al juez de instrucción Marcelo Bailaque a fin de que se reciba declaración indagatoria por los hechos en perjuicio de María Inés Luchetti de Bettanin y su suegra Elba Juana Ferraro de Bettanin, las hermanas Marciani y Tomasa Verdún de Ortiz.
Todos estos testigos en su oportunidad manifestaron haber sido atendidas por médicos y el testigo Gentile había sido nombrado directamente por las testigos Luchetti y Ferraro.
El tribunal hizo lugar parcialmente al pedido en lo que respecta a la extracción de copias, no así respecto al pedido de indagatoria aduciendo que debe ser valorado por el juez de instrucción.