El caso de los niños robados durante el franquismo llega a Argentina

Diario El País - 02/09/13

Por Alejandro Rebossio, desde Buenos Aires

La presidenta de la asociación Todos los Niños Robados Son También Mis Niños, Soledad Luque, presentó este lunes ante una juez argentina la demanda por el robo de su hermano mellizo cuando era recién nacido en 1965 en Madrid, según confirmaron fuentes judiciales. Luque integra uno de los colectivos que sostienen que aquellos robos de bebés se inscribieron dentro de un plan sistemático pergeñado por el franquismo y por eso se ha unido a la querella que otras ocho asociaciones de víctimas del régimen han iniciado en 2011 en Argentina, dada la falta de investigación judicial de los crímenes de la dictadura en España.

“Mi caso es uno más de miles”, relató Luque el pasado jueves en una rueda de prensa en la sede de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, que luchan por recuperar a sus nietos robados, cuando eran bebés, a sus hijos desaparecidos por la última dictadura militar de Argentina (1976-1983). “Nosotros consideramos que son crímenes del franquismo”, expuso Luque, que presentó su demanda en la misma mano de la juez, María Servini de Cubría, que poco ha avanzado en la investigación contra los delitos cometidos en España. Servini le tomó este lunes dos veces declaración a Luque y fuentes de su juzgado prevén progresos de las causas contra el franquismo en los próximos diez días.

El abogado argentino residente en Madrid Carlos Slepoy, que en los 90 presentó demandas de víctimas del régimen de su país ante el entonces juez Baltasar Garzón, ahora impulsa las querellas contra el franquismo en Argentina, siempre bajo el criterio de la justicia universal contra delitos de lesa humanidad. Slepoy relató que “en España hubo 30.000 niños apropiados desde la Guerra Civil hasta finales de los 50, se quitaban niños de hasta tres años a madres republicanas, y luego esto se convirtió en práctica generalizada contra decenas de miles de hijos de mujeres pobres o madres solteras”.

Tanto Luque como Slepoy destacaron que el pasado miércoles diputados argentinos de diversos partidos, que integran la Comisión de Derechos Humanos de la cámara baja del Parlamento, firmaron un proyecto de repudio de los crímenes del franquismo y de apoyo al juicio que en Argentina los persigue. Lo rubricaron diputados kirchneristas y de las centristas Unión Cívica Radical (UCR) y Coalición Cívica, del Partido Socialista y de la izquierdista Unidad Popular.

La causa contra los delitos franquistas se encuentra “semiparalizada” en Argentina, según lamentó uno de los abogados representantes de víctimas españolas, Héctor Trajtemberg. Este letrado recordó que en estos dos años de investigación judicial se suspendió un viaje previsto de la juez Servini a España y una videoconferencia de víctimas en el consulado argentino en Madrid. “La juez no se sintió respaldada, no sé si le dan los medios económicos”, se refirió Trajtemberg a las máximas autoridades del Poder Judicial de Argentina.

Las víctimas del franquismo sueñan con que se repita la historia de lo que ocurrió con los crímenes de la dictadura argentina, que comenzaron a ser juzgados en España ante la impunidad reinante en el país sudamericano hasta que un día llegó al Gobierno un político, Néstor Kirchner (2003-2007), que decidió impulsar la derogación de las leyes del perdón. La idea es que avance la causa en Buenos Aires como modo de presión sobre las autoridades españolas. Pero para reforzar el juicio en Argentina, organizaciones sociales de este país crearán este martes una plataforma de apoyo a las querellas de las víctimas del franquismo, que estará integrada por Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), militantes kirchneristas, Amnistía Internacional y colectivos de emigrantes gallegos y vascos, entre otras entidades. Además, el abogado Slepoy anunció su intención de pedirle a la jerarquía eclesiástica de Madrid y Euskadi que abriese archivos que contengan información sobre 40 curas vascos represaliados por el franquismo, a partir del ejemplo de Abuelas de Plaza de Mayo, que formuló una petición similar al papa Francisco para averiguar sobre sus nietos robados.

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