La memoria es como una muñeca rusa
Rosario12 - 24/01/2016
Vista de sala por Guillermo Turin que incluye el retrato de Rubén Naranjo por César Arféliz.Sobres adentro de cajas. El Centro Documental Rubén Naranjo cataloga su archuivo
Por Beatriz Vignoli
Cada martes y jueves hasta el 19 de febrero, cuatro curadoras y conservadoras ponen en valor, a través de visitas guiadas a una breve muestra en el subsuelo del Museo de la Memoria de Rosario, el archivo de Naranjo que fue donado en 2014.
En la esquina de Córdoba y Dorrego hay una casa. Debajo de la casa existe un sótano. Adentro del sótano hay una sala cerrada con llave. Adentro de la sala cerrada con llave (que tiene un buen sistema de aire acondicionado) hay dos vitrinas. Adentro de cada una de las vitrinas (que están puestas sobre pedestales) hay un libro. En la tapa de cada uno de los dos libros (que están de pie y cerrados) puede leerse un nombre: Janusz Korczak. En uno de los libros (que está junto al señalador que fue encontrado en su interior) hay otro nombre más.
Todos los martes y todos los jueves, a las 11 de la mañana, una de entre cuatro mujeres que van turnándose para cumplir esa función toma la llave, baja al sótano, abre la puerta, prende las luces y el aire acondicionado. (En realidad eso lo hace otra gente, pero contarlo así a los fines de este relato servirá). Con las luces prendidas puede verse que en uno de los muros, a la izquierda de la entrada, hay impreso un dibujo que representa un arco iris. Sobre el arco iris hay un ojo: un globo ocular, mirando. Posado sobre el ojo hay un pájaro. En otro muro de la sala subterránea, unas palabras dibujan un caracol.
En uno de los muros cuelgan tres fotos. En dos, se ven mujeres con pañuelos blancos cubriendo sus cabezas. En otra (más grande), estantes con papeles y, sobre una silla, un diario muy parecido a este. En otro de los muros se lee una frase: "Respetar es la única posibilidad para intentar comprender en profundidad a las personas". El nombre al final de la frase es el mismo que aparece en una sola de las tapas de los libros y (más grande) a la vuelta del arco iris. En el centro del piso se lee otra frase que comienza: "Soy el hornero".
Cada martes y cada jueves a las 11, una de las 4 mujeres explica al visitante el sentido de todo esto. Al mediodía, la mujer se va.
Y eso es todo. Por ahora, eso es todo. La críptica cripta es la forma que encontró el Museo de la Memoria de Rosario para comunicar a la comunidad que se conserva a buen recaudo en su Centro Documental el archivo de Rubén Naranjo, donado el 10 de diciembre de 2014, que está siendo catalogado y que será accesible al completarse la catalogación.
La magra exposición, más cercana en su concepto de montaje a los campos artísticos de la "intervención" o del "señalamiento", se titula El archivo de las maldades. Una muestra sobre Rubén Naranjo. Fue producida por una de las oficinas del Museo de la Memoria: el Centro Documental Rubén Naranjo. Este Centro convocó a cuatro conservadoras de museos egresadas de la Escuela de Museología de Rosario: Iara Angaroni, Ana Julia Crespín, Leticia Giordano y Alejandra Rotondi. Ellas son las curadoras de la muestra y coordinan las visitas guiadas. El título de la muestra, El archivo de las maldades, "fue el título que el propio Naranjo le puso a su archivo", contó ayer Rotondi a Rosario/12. "Son 50 cajas, tienen los sobres y dentro están los recortes que él fue archivando o acumulando".
"La mayoría son sobre violencia familiar. La idea fue extraer palabras que dieran cuenta de lo que es el archivo: palabras no puestas al azar, palabras que él le había asignado a cada sobre y que dan cuenta de lo que él consideraba como maldades. En un espacio reducido y disperso, nos propusimos tomar las maldades en la figura del caracol como algo que va creciendo, como la violencia, en espiral. Como contraposición a esas 'maldades', en el otro sector donde está desarrollada, hay un dibujo de él a mano alzada que también forma parte de ese archivo. Y en el medio está la frase. Estaba en un original dentro de este archivo junto con el dibujo (del arco iris) que es de su autoría. Es de él, estaba firmada por él", dijo Rotondi.
Docente, artista, poeta, diseñador gráfico, militante por los derechos humanos, colaborador de Rosario/12, autor de los libros Janusz Korczak, maestro de la humanidad y Territorio de resistencia (2015), Rubén Naranjo (Buenos Aires, 1929; Rosario, 2005) dirigió la Editorial Biblioteca Vigil, coordinó talleres de educación por el arte para chicos de la calle, participó en congresos internacionales de pedagogía y realizó una transformadora labor como director de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Rosario. En sus (raros) ratos libres, fue reuniendo a lo largo de los años una serie de fotos y recortes periodísticos que iba guardando en sobres y cajas, clasificados por temas: gatillo fácil, violencia familiar, violencia institucional, Triple A, trata de personas, Madres de Plaza de Mayo.
"Lo vas conociendo a través de los objetos que seleccionó", dijo Rotondi. Una de las fotos de la muestra es una toma del estudio de Rubén Naranjo que fue donada por su autor, Norberto Puzzolo. "En ese estudio estaban las cajas", se emocionó la curadora. "Hay (en el archivo y en la muestra) un libro sobre Janusz Korczak; y un libro de Korczak, Si volviera a ser niño", dijo. La del docente y mártir polaco (que acompañó por propia voluntad a sus alumnos, niños judíos, cuando vinieron a detenerlos los nazis) "es una figura muy referente para Naranjo, que de alguna forma también se une con Olga Cossettini", opinó Rotondi. "En este archivo tenía sobres y recortes referidos a ellos. Los admiraba, como comentó Amanda Pacotti en la presentación".
Una pequeña parte de los recortes fueron legados en vida por Naranjo a Darío Ares, artista plástico que los integró a su propio "archivo de las maldades", continuado unos años más, y cuya obra constituye una lectura crítica de cómo ciertos medios burgueses presentan la violencia desde un sesgo de clase. Esas carpetas se vieron el año pasado en la Sala de las Miradas de Plataforma Lavarden, en el marco de una muestra individual de dibujos, instalaciones y material documental de Ares: Los perros ladran. Pero la mayor parte del archivo de Naranjo, guardada en cincuenta cajas, fue donada por Marina Naranjo y la Fundación Rubén Naranjo al Museo de la Memoria, donde se encuentra actualmente en pleno proceso de catalogación.
"Tuvieron la generosidad de ceder este material que permite una aproximación a su sensibilidad, sus intereses, su personalidad. Es un legado que trascenderá a la comunidad cuando esté accesible para todos en el Museo", anticipó Rotondi. Ella, Angaroni, Crespín y Giordano, entre otros voluntarios, están a cargo de catalogar esas cincuenta cajas. "Desde la Escuela de Museología accedimos primero como pasantes y ahora como voluntarias a hacer la catalogación", relata Rotondi sobre su labor y la de sus colegas con Leonardo Simonetta, director del Centro Documental del museo y lugar de memoria de Córdoba y Moreno. Allí, las visitas guiadas a El archivo de las maldades tendrán lugar los martes y jueves de 11 a 12, hasta el próximo 19 de febrero.