El Museo en el X Encuentro de la Red Latinoamericana de Sitios de Memoria
Representantes de espacios de memoria de doce países del continente, entre los que se encontraba el Museo de la Memoria de Rosario, participaron del X Encuentro de la Red de Sitios de Memoria Latinoamericanos y Caribeños (RESLAC), que se desarrolló entre el 13 y 16 de septiembre en Buenos Aires.
Bajo el lema El presente se discute con memoria, se organizaron charlas y debates con especialistas y talleres en los que la Red se propuso avanzar en la construcción de una agenda de trabajo con las principales problemáticas actuales en materia de derechos humanos, sobre las cuales se busca incidir, a partir de las estrategias y herramientas que caracterizan el accionar de los espacios de memoria.
La RESLAC –que reúne a cuarenta sitios, museos y archivos provenientes de doce países– es una de las siete regionales de la Coalición Internacional de Sitios de Conciencia. Las restantes se encuentran en África, Asia, Europa, América del Norte, el Medio Oriente y Rusia.
Todas las regionales, así como los países que la integran, trabajan en la recuperación y la construcción de memoria sobre las graves violaciones a los derechos humanos y la resistencia que se les opuso durante las distintas situaciones en que se desarrolló el terrorismo de Estado, conflictos armados internos y etapas de impunidad.
Del intercambio de experiencias surgieron las problemáticas que integran las agendas de trabajo en los diferentes países de la región: las desapariciones forzadas de personas vinculadas al accionar de fuerzas estatales, paramilitares o al narcotráfico; el avance del proceso de paz –por ejemplo en Colombia–; el desarrollo del proceso de justicia en distintos países; la vulneración de los mecanismos republicanos y la democracia; sostener los lugares de memoria frente a cambios de gobiernos y quiebres institucionales; los límites entre defensa y seguridad a la hora de usar las Fuerzas Armadas en funciones impropias; la reaparición o profundización de discursos y violencia basada en discriminación, xenofobia, racismo e intolerancia; la violencia policial, institucional y/o carcelaria; las luchas de los movimientos obreros; las crisis migratorias y sus causas estructurales y la ausencia de políticas estatales de memoria o su retroceso en contextos adversos.
El objetivo de abordar el vínculo pasado-presente es común a muchas instituciones y organizaciones de derechos humanos. El interés de estos encuentros es establecer cuáles serían las problemáticas que abordan o deberían abordar los espacios de memoria y hacer foco en la contribución específica que pueden aportar. ¿Cómo utilizar la transmisión de la memoria del pasado para discutir los discursos del presente? ¿Cómo contribuir a través del uso de archivos históricos en la incidencia en derechos humanos hoy? ¿Cómo se involucran los espacios de memoria en campañas públicas para enfrentar los problemas del presente? ¿Cómo se vinculan los espacios de memoria con los actores sociales que desarrollan las agendas de derechos humanos? ¿Qué vínculos pueden establecer con las instituciones del Estado y las instancias de gobierno? ¿Cuál es el rol de los espacios de memoria cuando son estatales?.
La principal conclusión del Encuentro, por un lado, fue valorar ese espacio que permite pensar las diferencias de esas violencias en cada contexto y territorio, sosteniendo la vocación de actuar conjuntamente. Y, por el otro, dar cuenta de las dificultades de la coyuntura actual aunque haciendo hincapié en que el movimiento de derechos humanos está preparado para resistir y ofrecer respuestas valiosas. Tratando de jugar con el lema del Encuentro, y pensando en los nexos entre pasado, presente y futuro, una frase que se repitió en los paneles y talleres fue que el futuro se construye con memoria. No sirve de nada recordar si no lo hacemos reflexionando sobre nuestro presente ni proyectado el mañana.