Denuncian feroz golpiza policial a un militante social en el centro

05/12/2016

Los tres detenidos fueron alojados en la seccional 2ª, donde dijeron haber sido recibidos a golpes. Imagen, Juan José García

Una discusión de pareja en la puerta de un bar céntrico terminó en una feroz golpiza policial contra dos chicas y un joven militante social del barrio República de la Sexta, quien denunció torturas dentro y fuera de la seccional 2ª de Rosario. Entre los tormentos que relató el muchacho, estudiante de psicología, dijo que los uniformados que lo detuvieron por “resistencia a la autoridad” lo llevaron a una zona portuaria, le gatillaron al lado de la cabeza y le dijeron que iba a ser “el próximo Franco Casco”, en relación al joven que en 2014 apareció sin vida en las aguas del Paraná tras haber sido detenido en la seccional 7ª por averiguación de antecedentes.

La brutal secuencia comenzó entre la noche del jueves y la madrugada del viernes en la puerta del bar Olimpo, ubicado en Mendoza y Corrientes, donde una joven que se encuentra con tratamiento psiquiátrico era agredida a golpes por un ex policía y pedía auxilio. Mientras uno de los dueños del bar llamó al 911, un estudiante conocido por su militancia en barrio República de la Sexta que estaba en el bar intentó calmar la situación, pero terminó siendo víctima de una brutal golpiza policial.

Según fuentes del Ministerio Público de la Defensa, un móvil del Comando Radioeléctrico respondió al llamado pero al ver que el agresor era un ex policía lo dejó irse en taxi. En medio de una fuerte crisis subjetiva y en una situación desbordante, la joven que había sido golpeada se exasperó y uno de los uniformados la golpeó. Allí fue que el militante social quiso evitar que la sigan agrediendo, y la Policía siguió con él y luego con otra estudiante de psicología que también se acercó para pedir que no les peguen. Los tres fueron detenidos alrededor de las cuatro del viernes y acusados de resistencia a la autoridad.

Torturas en la seccional

Una vez dentro de la seccional 2ª, las chicas fueron alojadas en una celda, desde donde dijeron haber escuchados los gritos de dolor del militante, al que habían separado en un hall de la comisaría de calle Paraguay al 1100, dijeron los abogados de la Defensoría Pública, quienes hoy presentarán la denuncia formal en Fiscalía.

Después de golpear al estudiante lo subieron en un patrullero y lo llevaron al hospital Provincial, pero antes, siempre según el relato de la víctima, pasaron por la zona de 27 de Febrero y el río, donde lo siguieron golpeando y le advirtieron: “Sos el próximo Franco Casco”.

Con las primeras luces de la mañana, unas 20 personas se habían congregado en la puerta de la seccional 2ª, a donde se acercaron abogados de distintas organizaciones sociales. Todos coincidieron en que el estado del muchacho era deplorable, ya que además de tener el rostro desfigurado a golpes, le sangraban las orejas y la nariz y se encontraba con toda la ropa rota y descalzo.

A ninguno de los tres se les permitió hacer llamados telefónicos y fueron liberados al mediodía del viernes por la gestión de abogados de organizaciones sociales y del Servicio Público de la Defensa Provincial, quienes los acompañaron a constatar las lesiones.

Basta de violencia

El Centro Preventivo Local de Adicciones (Cepla) denunció lo ocurrido en un comunicado en el que aclaran que el joven golpeado asistía a las actividades en su sede del barrio República de la Sexta. En el texto dicen que “fue detenido en circunstancias poco claras y luego torturado física y psicológicamente”, relato que recibieron de boca del estudiante dentro de la seccional 2ª: “Cuando lo suben al móvil policial, entre forcejeos, lo golpean y le fracturan la nariz, lo llevan a la orilla del río para amenazarlo: lo golpean ferozmente y le disparan dos veces cerca de la cabeza, luego en la comisaría continuaron los golpes y lo encerraron en una celda sin luz durante varias horas”.

El comunicado agrega que el abuso policial “no constituye una excepción sino que es la regla que rige la resolución de conflictos por parte de las fuerzas de seguridad. Esta actitud tiene como objetivo expiar los miedos de la sociedad sobre los sectores populares, criminalizándolos y demonizándolos. Rechazamos de plano los modos de brindar seguridad que afectan siempre a los jóvenes de las mismas zonas vulneradas de nuestra ciudad".

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