Más le vale encomendarse bien a dios
Fueron tres nuevos testimonios ante el juez Marcelo Bailaque. Ahora se esperan nuevas declaraciones para finalmente, citar al ex capellán policial para que sea indagado y determinar su responsabilidad en la represión ilegal en la zona.
Oscar Medina y su esposa -ambos desaparecidos- con el cura Zitelli, que era amigo de la familia.Rosario|12 - 20/03/2011
Por José Maggi
Tres nuevos testimonios se sumaron esta semana a la causa en la que se investiga al ex capellán de la policía de Rosario, el sacerdote Eugenio Zitelli. A las declaraciones de los militantes de UMANO, Claudia Nigro y Juan Noste, de Casilda; se sumó la del ex militante del PRT, de la Juventud Guevarista y actual secretario gremial de Sitratel, Héctor Medina. Las mismas tuvieron lugar el último viernes en el juzgado federal a cargo de Marcelo Bailaque en el marco de la causa Feced, ante quien los fiscales Gonzalo Stara y Mario Gambacorta solicitaron el pasado 24 de setiembre de 2010 la declaración indagatoria del ex capellán de la policía de Feced.
UMANO es la ONG de Casilda, que junto con Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas Rosario, LADH y la APDH, formalizaron una presentación ante la Unidad Fiscal de Derechos Humanos que dio origen a lo que fue el pedido de indagatoria a Zitelli que los fiscales interpusieran ante el juez federal Bailaque por los delitos de Asociación ilícita, aplicación de tormentos y privación ilegítima de la libertad.
Ya desfilaron por el juzgado más de una decena de testigos, y se esperan otros tantos. También se acompañó numerosa prueba documental. El pedido aún no ha sido efectivizado por el tribunal.
En su declaración Héctor Medina recordó cómo conoció al cura Zitelli, en su Juventud en Villa Gobernador Gálvez, como militante junto a sus hermanos (entre ellos Oscar, hoy desaparecido) de la Juventud de Acción Católica, en permanente contacto con el ex capellán.
Los detalles más sobresalientes de este testimonio radican en el rol que cumpliera Zitelli en torno a los episodios de represión ilegal que asolaron a la familia Medina.
En uno de los primeros tramos de su declaración Medina relató cómo ya desde los campamentos de la juventud de acción católica, la impronta ideológica de Zitelli asomaba con claridad. Los jóvenes debían cavar zanjas en derredor de las carpas y refugiarse en ellas en medio de la noche para preparase para posibles "ataques guerrilleros".
Oscar Medina era delegado metalúrgico de los talleres Filippini. Sufre una primera detención en 1974, luego de ser allanada la vivienda familiar. Héctor se dirige a Zitelli para pedirle auxilio, que interceda ante la injusta detención y recibe una sorprendente repuesta. "Lo que debería hacer es llevarte a vos a la policía. Vos deberías estar detenido por estar vinculado a subversivos y terroristas", le dijo el cura. Héctor se convirtió en preso político, a disposición del PEN en octubre de 1975, y el golpe lo encuentra detenido en la cárcel de Rosario con solo 17 años. Recién en enero de 1977 se enteró de la desaparición de su hermano Oscar ocurrida en octubre de 1976. Zitelli lo visitó en tres oportunidades en la cárcel de Coronda.
A solicitud del fiscal Stara se le preguntó si en esos encuentros Zitelli le formulaba algún tipo de preguntas. Héctor respondió con claridad: "Quería saber qué hacía adentro de la cárcel, si la asociación en la que militaba subsistía aún. Me confesaba que intervenía en las decisiones de mis cambios de pabellones para evitar que intentara organizar a los compañeros", indicó el actual dirigente sindical.
La abogada Leticia Faccendini, del equipo jurídico LADH-Familiares, le preguntó acerca del carácter de las visitas realizadas y Héctor respondió: "Yo creo que eran de burla, de revancha. Me quería humillar".