En lucha por la identidad
Una presencia conmovedora en el acto por la restitución de la Biblioteca Vigil que se realizó el sábado al mediodía, en Alem y Gaboto, fue la de Catalina De Santis Ovando, hija de Myriam Ovando y Raúl René De Santis (desaparecidos durante la última dictadura), que recuperó su identidad en 2008
Catalina De Santis Ovando. Imagen: Andrés MaceraDiario Rosario12 - 27/12/2012
Nacida en Campo de Mayo, Catalina espera el comienzo de la megacausa que juzgará tanto la desaparición de sus padres como su apropiación. Mientras tanto, en el mediodía del sábado tomó mates con antiguos compañeros de sus padres y los vecinos del barrio, al tiempo que pintó los nombres de sus padres en el mural de Alem y pasaje Perkins levantado por el Colectivo de Ex Presos Políticos bajo la consigna "Murieron para que la Patria Viva". En ese mural figuran los nombres de los 28 desaparecidos que fueron socios o empleados de la Vigil.
"Mis papás eran de Rosario, empezaron a militar acá. Mi mamá se fue a Paraná y mi papá a Villa Constitución, creo que estaba en Acindar. No hay demasiados datos, estoy reconstruyendo", relató Catalina, que vive en Buenos Aires y llega a Rosario con ansias de armar el rompecabezas de su historia. "En el 76 mi mamá se fue a Buenos Aires y a mitad de año lo mataron acá al mejor amigo de mi papá, que era 'El Pato' Alejandro Stancanelli, así que mi papá también se fue para Buenos Aires. Se instalaron en Virreyes. A mi mamá la secuestraron cerca de la casa donde vivían y a mi papá en Campana", relata. Por eso, los viajes a Rosario son intensos.
En septiembre de 2008 le dieron el resultado del análisis genético pero necesitó un tiempo para procesarlo. Se acercó a su familia en 2010. "Cada vez que vengo a Rosario es muy fuerte porque aparece más gente que los conoce. De a poco es ir teniendo más datos de ellos como personas, como militantes. Celina (Duri) conoció a mi abuela y a mi abuelo. Yo no los llegué a conocer, ellos me cuentan de la búsqueda y todo su dolor en esperarme". Ahora que tiene su nuevo DNI, Catalina --que recuperó su nombre gracias a una carta que su madre pudo enviar a la familia cuando estaba secuestrada-- tiene que hacer otros trámites, como la adecuación de su título. Cada visita a Rosario la pone de frente con su historia, que ignoró por más de 30 años.