«Videla es un pusilánime y un inepto»
En Rosario, Martín Balza habló de los juicios por delitos de lesa humanidad. El ex jefe de Ejército que formuló, en 1995, la autocrítica institucional por el terrorismo de Estado caracteriza al dictador, y también habla de las políticas del gobierno nacional sobre Malvinas así como los procesos judiciales en marcha.
Martín Balza presentó "Mi historia argentina". Violencia, impunidad y justicia en Rosario. Imagen: Sebastián Granata.Diario Rosario12 - 13/05/2012
Por Leo Ricciardino
El General (RE) Martín Balza cree que el dictador Jorge Rafael Videla es "un pusilánime y un inepto" que fue elegido en su momento para conducir porque "no tenía mando ni ejercía liderazgo", y que esa situación "agravó los crímenes de lesa humanidad que se cometieron" en esos años. Crímenes de los que, por supuesto, "él es el máximo responsable", afirmó. Con esa contundencia y a días de ser designado embajador argentino en Costa Rica, Balza pasó por Rosario para presentar su último libro: Mi historia Argentina. Violencia, impunidad y justicia. El general más representativo que tuvo la democracia argentina en los últimos años aseguró que "nunca más habrá un golpe cívicomilitar por la madurez de las Fuerzas Armadas y también por la madurez de la mayoría de la sociedad argentina". Su posición sobre Malvinas y la caracterización del período de justicia que se inició en 2003 con la llegada de Néstor Kirchner al poder.
Consultado por Rosario/12, Balza explicó: "No soy sociólogo, no soy historiador. Soy un militar retirado y mi intención es recopilar una vivencia, mi vivencia, por eso es mi historia argentina. La que conocí, olí, la que viví. Los desencuentros que tuvimos en los cuales la vida me llevó a ser testigo, y más tarde protagonista de algunos hechos", dijo para enmarcar el contexto en el que se dio el libro que presentó en la librería Homo Sapiens junto al diputado nacional Agustín Rossi.
A los 77 años y aún "entrenando para una competencia de aguas abiertas"; Balza asegura que hay un acontecimiento que lo marcó decididamente. Y que "para mí generó la violencia de los tiempos modernos. Me refiero a ese episodio del 16 de junio de 1955. En ese entonces yo era un cadete de cuarto año del Colegio Militar. Estaba en la zona de Retiro, no presencié el bombardeo pero escuché las fuertes detonaciones. Unos 45 minutos después, al arribar con el tren a la estación El Palomar, tomé conocimiento de que se estaba bombardeando Plaza de Mayo. Y más tarde conocí las secuelas de ese hecho: Más de 300 muertos, se bombardeó un pueblo inerme. Esa violencia ya tiene un signo diferente a la violencia anterior, porque antes se dieron casos puntuales, pero ahí se militarizó la violencia. Aviones de nuestra Fuerza Aérea y de nuestra Fuerza Naval mataron a inocentes, asesinaron a su propia población. Buenos Aires fue bombardeada con las armas que la patria nos proporcionaba para defender la soberanía", dice con una profunda tristeza. Y sostiene que "en mi concepto, además de la violencia, se instaló con ese hecho también la impunidad. Porque tres meses después, quienes habían cometido esta masacre, fueron recibidos en la misma ciudad de Buenos Aires como 'libertadores'. Me refiero ya a septiembre de 1955".
Describe el general Balza que además hubo en esa etapa decisiva de la historia argentina "una impunidad que se instaló ya para más adelante. Demás está hablar de los fusilamientos de 1956 (en José León Suárez). Pero luego del advenimiento de un gobierno democrático como el del doctor (Arturo) Frondizi -que tuvo 34 planteamientos militares- quienes atentaron contra el orden constitucional nuevamente en el 62, lo repetirían en el 66 y ni qué hablar -y ahí me detengo mucho en el libro- del año 76. Y esa impunidad rigió durante tanto tiempo por la falta de justicia. Porque el atentar contra el régimen institucional no tenía ningún castigo. El atentar contra la población con los crímenes más aberrantes, no sólo no tenía ningún castigo sino que era premiado. Y en mi opinión esa impunidad finaliza durante la gestión del presidente (Néstor) Kirchner, con la derogación de la leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Y también con la decisión de la Corte Suprema de Justicia que declaró la inconstitucionalidad de los indultos. Sin justicia no tenemos futuro".
-¿Cómo analiza hoy la marcha de los juicios por Terrorismo de Estado y cómo recuerda aquel pronunciamiento suyo en televisión, con la histórica autocrítica de las Fuerzas Armadas?
-Quiero aclarar que aquel mensaje mío de 1995, no fue personal. Yo leí en televisión un posicionamiento institucional como jefe del Ejército en ese momento. Aunque, por supuesto, lo hice coincidiendo en un todo con el texto que además contenía mis más profundas convicciones. Me sentí totalmente acompañado en aquel momento por el personal en actividad y también por muchos retirados. Obviamente, el disenso fue expresado por los jerarcas de la última dictadura que en ese momento estaban indultados y concurrían a cenas de camaradería con el presidente de la Nación. Por eso queda claro que los indultos y la amnistía no cierran un pasado, al pasado sólo lo cierra la justicia. Por eso celebro el desarrollo de los juicios en todo el país. Las instituciones han ido dando sus respuestas y hoy, estas fuerzas armadas, son respetuosas del orden constitucional, de los valores democráticos.
-¿Qué pensó o en todo caso, qué sintió frente a las declaraciones de Videla indicando que los desaparecidos habían sido asesinados?
-Las declaraciones de un pusilánime, de un inepto como Videla a mí no me sorprendieron. Hay que tener en cuenta que Videla fue por sobre todo un cobarde carente de mando, y por eso mismo fue elegido para conducir los primeros años de la dictadura. Porque como no mandaba a nadie, no ejerció ningún liderazgo, cada uno hacía lo que quería. El país se dividió en feudos, uno de esos feudos fue la zona II con cabecera aquí en Rosario, otro con Menéndez en Córdoba, otro Suárez Mason en Buenos Aires, otro con Buzzi en Tucumán, y así sucesivamente. Esa feudalización hizo más grave la comisión de crímenes de lesa humanidad, que Videla no los podía desconocer.
-¿Qué mirada tiene sobre la posición argentina en el conflicto de Malvinas?. ¿Qué opina del polémico spot de los juegos olímpicos grabado en las islas?
-Yo comparto totalmente la posición expresada por el gobierno actual respecto del conflicto de Malvinas. La señora Presidenta ha sido muy clara en reafirmar las reiteradas expresiones sobre el derecho a nuestra soberanía en las islas. Pero también ha sido contundente en afirmar que la forma de recuperarlas no es la violencia, no es la guerra. El militar odia mucho la guerra si la conoció. La forma de recuperarla es a través de la diplomacia, haciendo valer nuestros legítimos derechos. Con respecto al spot publicitario, para mí fue excelente, absolutamente creativo. En contados segundos expresa un sentimiento que es el sentimiento Malvinas, que nos bajo ningún punto de vista ofensivo como quisieron hacer notar los ingleses.