Cincuenta años de cárcel al ex dictador de Liberia por los «diamantes de sangre»
En un juicio y condena de características históricas, el ex presidente liberiano Charles Taylor fue sentenciado ayer por un tribunal especial de la ONU en La Haya a 50 años de cárcel por crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos a fines de los 90 en Sierra Leona.
Diario La Capital - 31/05/2012
La Haya.- La condena y la comunicación de la sentencia suponen dos hitos en los anales de la justicia penal internacional y, según los expertos en derecho, merecen un lugar tan relevante como el que ocupa el juicio de Nuremberg, realizado en esa ciudad alemana entre 1945 y 1946 contra una parte de la cúpula nazi.
Además, el caso de Taylor, de 64 años, es el primer juicio que la Justicia internacional completa contra un ex jefe de Estado, en un proceso que se prolongó durante cerca de cinco años. La fiscal general del alto tribunal internacional, Brenda Hollis, había reclamado una pena de 80 años de cárcel después de que el Tribunal Especial de las Naciones Unidas para Sierra Leona (SCSL) lo declarase culpable en los once puntos de la acusación el pasado 26 de abril.
Apoyo logístico. Aunque Taylor no participó directamente en los crímenes, sí los instigó y sin su ayuda logística, como el suministro de armas, las atrocidades no habrían sido posibles en la escala y gravedad con que se cometieron, aseguró el alto tribunal. El dictador nunca pisó Sierra Leona, pero el tribunal lo consideró responsable directo de mutilaciones, asesinatos, reclutamiento de niños soldado, la esclavitud de mujeres y campesinos inocentes. Por tal razón, la defensa del dictador confirmó que apelará el fallo porque, según sus abogados, no se pudo demostrar que Taylor participase directamente en las atrocidades. Sin embargo, para el juez Richard Lussick no quedan dudas de que "era jefe de Estado y aunque no participara personalmente en los crímenes, su estatus añade gravedad a la situación puesto que traicionó la confianza de la ciudadanía".
El proceso contra Taylor adquirió mayor notoriedad en agosto de 2010 cuando la modelo británica Naomi Campbell prestó testimonio contra él, tras asegurar que el ex dictador le dio "piedras pequeñas y sucias". La referencia era a los "diamantes de sangre" que recibió el ex jefe de Estado por la venta de armas a las milicias de Sierra Leona, y gracias a los cuales se financiaron otras guerras en Africa entre aproximadamente la mitad de los 90 hasta 2001. Taylor permaneció impasible durante la lectura preliminar de la sentencia, que purgará en una prisión de Gran Bretaña.