Bartomeu Melià difunde un comunicado de los religiosos del Paraguay
He rayhuhára (estimadas estimados): Sí, estuve ayer en la plaza donde lo que más había era campesinos e indígenas; un pueblo que esperaba contra toda esperanza. Sabíamos que la tragicocomedia deseada ya estaba programada y escrita desde hacía tiempo. La nueva dictadura estaba anunciada. Ni siquiera se atuvieron al protocolo. Para las 16:30 el mismo Senado ya había anunciado horas antes que después de escuchar la defensa de Lugo, habría deliberación y se leería la sentencia de destitución (así de claro). Lo más positivo, si es que se mantiene con coherencia y firmeza, es el rechazo de los países de UNASUR y de otros a este gobierno espúreo e ilegal. El aislamiento lo sufriremos todos, y más los más pobres, pero el sacrificio puede dar resultado. Es claramente un golpe de estado a partir del Parlamento. La cuestión de fondo son las tierras y el desplazamiento de sus habitantes; se trata esencialmente de los territorios que yo mismo todavía he conocido desde 1969 como territorios indígenas, aunque el dueño con su título de papel era la compañía maderera y yerbatera, palmitera después, La Industrial Paraguaya. ¿Se comienza de cero? Creo que no, pues hay un poco más de conciencia y organización. Pero en un minuto hemos retrocedido a los tiempos de Stroesner. Envío adjunto el comunicado de religiosas y religiosos del Paraguay, ciertamente más sensato y firme que el lamentable de los obispos que pidieron la renuncia de Lugo; ¡de todo hay en la viña del Señor!!! Y a seguir trabajando, aunque sea como Sísifo. Tal vez no veré el árbol crecido de nuevo, pero sé que la raíz no está muerta, y un brote está asomando. Che py'a ite guive (desde mis mismas entrañas). Bartomeu Melià,s.j.
El presidente del Paraguay, Fernando Lugo.Comunicado de los Religiosos del Paraguay
Asunción, 22 de junio de 2012.
Ante las gravísimas derivaciones que han tenido y están teniendo los trágicos acontecimientos de muerte de campesinos y policías en la Estancia Campos Morombí, con el subsiguiente sometimiento a juicio político del Presidente de la República, y sus consecuencias para el presente y el futuro de la vida social y política de la nación, la Junta directiva de la Conferencia de Religiosos del Paraguay (CONFERPAR), manifiesta cuanto sigue:
Desde nuestra visión cristiana el uso de la violencia y el crimen nunca serán aceptables como medio para alcanzar reivindicaciones ni defender intereses. Lamentamos la muerte de los campesinos y los policías y abogamos firmemente por el esclarecimiento de estos hechos, mientras animamos a todos a seguir trabajando por la paz como verdaderos hijos de Dios, reafirmamos que la paz querida por Dios no vendrá del ocultamiento de los problemas sino como fruto de una auténtica justicia social.
Vemos en la raíz de estos hechos la complicidad de los tres poderes del estado, en el abandono de una reforma agraria integral, en no haber enfrentado el problema de la distribución de la tierra, sometida hasta ahora al acaparamiento, a la irregularidad, a la posesión mal habida; en el encubrimiento sistemático de estos problemas por parte de la justicia y el parlamento. Mientras los tres poderes del estado no den una respuesta seria y concertada a este problema, seguirán cargando sobre sus espaldas con la responsabilidad de la violencia que se genera al buscar salidas bajo presión con sus impredecibles consecuencias.
Nos llama poderosamente la atención la rápida reacción de los partidos políticos y sus representantes que han acordado impulsar el juicio político del presidente en las dos cámaras del Congreso de la Nación, que aún siendo un procedimiento constitucional, se aplica y se procede de tal forma, que crea fundadas sospechas de manipulación, afectando gravemente al proceso legítimamente instaurado por elección popular, como si esta fuera la salida a nuestros problemas y como si hubiera una responsabilidad unilateral de los hechos graves que atentan contra nuestra convivencia.
Vemos con preocupación la manipulación de los hechos, a través de muchos de los medios de comunicación, por sectores que buscan sacar provecho político, réditos de impunidad y de mantenimiento de un estado de cosas que favorece a sus intereses personales o corporativos. Vemos a los partidos políticos más preocupados con defender sus cuotas de poder y con el reparto de cargos, que buscando una verdadera respuesta a los problemas que padecemos. Vemos como una falta de respeto a la vida y la dignidad humana que se usen los hechos de muerte entre hermanos para crear un clima de inestabilidad, para estigmatizar a campesinos y criminalizar sus organizaciones, para exasperar a policías y militares, instaurando un ambiente de terror para disuadir y desmovilizar a los ciudadanos indignados.
Sorprende que los mismos parlamentarios, hace poco tiempo desprestigiados por sus bochornosos procedimientos ante los reclamos de la ciudadanía, son ahora los que acusan y se erigen en jueces absolutos, apareciendo como los defensores de la Patria. Nos da que pensar que con todo esto, no casualmente, desaparezcan del horizonte los cuestionamientos que han surgido de la ciudadanía a las listas sábanas, el pedido de juicio político a los miembros de la Corte, los tímidos avances para la implementación del impuesto a la renta personal.
Como parte de la Iglesia que peregrina en Paraguay, respondiendo a nuestro compromiso con Dios y con su pueblo, invitamos a todos a participar con responsabilidad personal e institucional en la construcción de un estado de derecho basado en la justicia social, en la inclusión de todos los compatriotas, en el respeto a la voluntad popular, integrados a la marcha democrática de las naciones vecinas.
Nos sentimos parte de una Iglesia comprometida con la paz que brota de la justicia, que abraza con especial predilección a los más desfavorecidos, e invitamos a todos los sectores sociales a poner lo mejor de nosotros en la tarea de construir un país de hermanos, a trabajar por una mayor equidad en la distribución de los bienes, hacia un futuro promisorio.
Por la Junta directiva: Hermana Venancia González, FMA.
Padre José Ramón Torre-Marín, SS.CC.
Padre Alberto Luna, SJ.
Hermana María Elisa Ortiz, HC.
Padre Walter Jara, SDB.
Padre Federico Gayoso, TOR.
Padre Pedro Jubenville, CSSp.