La dictadura chilena libró una guerra secreta contra la prensa
La dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990) siguió y vigiló a cientos de corresponsales extranjeros, según consta en los archivos secretos e inéditos del régimen chileno a los que tuvo acceso la agencia DPA.
El régimen pinochetista tuvo como blanco sistemático a los periodistas, según se desprende de documentos de la época.Diario La Capital - 04/08/2012
Santiago. — La dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990) siguió y vigiló a cientos de corresponsales extranjeros, según consta en los archivos secretos e inéditos del régimen chileno a los que tuvo acceso la agencia DPA. En un único memorando secreto del 2 de noviembre de 1976 aparecen para ser seguidos y vigilados los nombres de 761 corresponsales de medios de Japón, Alemania, Estados Unidos, Holanda, Argentina, Brasil e Israel. Allí están enlistados periodistas de las agencias de noticias France Press, Ansa, Reuters, AP y EFE; de las teleemisoras británica BBC y alemanas Westdeutscher Rundfunk y TVZDF; de los semanarios Stern y The Economist, y de los diarios Le Monde, The New York Times y Frankfurter Allgemeine Zeitung, entre otros.
"Cuando volví a Chile sabían casi todo lo que había hecho fuera del país", recordó el periodista chileno y ex corresponsal de DPA Carlos Dorat, quien fuera presidente de la Asociación de Corresponsales en esa nación. Dorat vivió hasta 1982 en el Reino Unido, donde estudió y estaba activo en el exilio chileno.
Durante la dictadura, las embajadas chilenas debían remitir a Santiago copias periódicas de artículos, columnas o reportajes sobre Chile y, en especial, sobre las violaciones a los derechos humanos, y de las transcripciones palabra por palabra de programas de radio o televisión.
Sin banderías. Son transcriptos palabra por palabra los programas de emisoras como Radio Moscú y telegrafiados los artículos de revistas o diarios tan disímiles como Triunfo de España y el Washington Post de Estados Unidos.
Uno de los ejemplos del control sobre la prensa extranjera es el oficio secreto que remitió en 1975 el entonces secretario general de Gobierno, general Hernán Mejares, al canciller, vicealmirante Patricio Carvajal, sobre la conveniencia o no de autorizar el ingreso de periodistas de las cadenas estadounidenses CBS y NBC.
En 1986, marcado por los paros en el país, además de un frustrado atentado contra Pinochet por parte del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, la Cancillería pidió elevar la cooperación y propuso crear un grupo de trabajo con la policía secreta y los ministerios de Interior, Agricultura, Gobierno, Presidencia, Salud y Hacienda. El objetivo era contrarrestar las informaciones y denuncias que circulaban en las Naciones Unidas, en medio de un clima adverso en la prensa e investigar a todo quien hablara contra el régimen en los medios extranjeros, como ocurrió con el escritor Ariel Dorfman, exiliado Francia y también en Estados Unidos.
Esa obsesión con la prensa llevó a la policía secreta a elaborar y distribuir a embajadas 600 ejemplares de un perfil humano de Pinochet, en un oficio firmado por el director de la DINA, Manuel Contreras, el 31 de diciembre de 1976. La idea es resaltar al "soldado estadista".
"Espiados". El contenido de los archivos revelados no sorprendió a algunas personalidades del área de defensa de derechos humanos, como el abogado Roberto Garretón, ex jefe del área jurídica de la Vicaría de la Solidaridad, quien resaltó que todos los integrantes del organismo sabían que eran espiados.
Pero no solo la prensa preocupaba a la policía secreta de Pinochet. Las actividades culturales en el extranjero fueron también una inquietud de los cuerpos represivos que ordenaron recompilar en secreto los antecedentes artísticos de cientos de personas.
Durante la dictadura militar unas 35 mil personas fueron desaparecidas, ejecutadas o torturadas. A la policía secreta pinochetista, Dirección de Inteligencia Nacional (Dina) y su sucesora, la Central Nacional de Informaciones, se le atribuyen más de cinco mil asesinatos.